Las elevadas temperaturas que soporta la provincia de Toledo este verano son la causa a la que se atribuyen un total de 67 fallecimientos en el periodo comprendido entre el 1 de julio y el 7 de agosto. Entre ambas fechas, casi una cuarentena, se han registrado muertes por exceso de calor en dos periodos diferenciados: el primero de ellos se prolongó apenas unos días en torno al primer fin de semana de julio; el segundo comenzó a partir de la cuarta semana del séptimo mes y se mantiene abierto. El inicio del mes vacacional por excelencia deja preocupantes cifras de mortalidad por calor, con una cifra de finados en las siete primeras jornadas apenas inferior a la acumulada en julio.
El sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo), una herramienta del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, observa los fallecimientos por territorios y segrega entre los diferentes orígenes que concurren para el fatal desenlace. El objetivo de este instrumento es «reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura», un exceso que incluye tanto temperaturas máximas por encima de lo normal como mínimas inferiores a las establecidos por los periodos de referencia. La estadística también valora «el impacto de cualquier evento de importancia en salud pública», tal fue el caso de la pandemia de coronavirus.
Respecto a las temperaturas anómalas, la herramienta recoge en lo que llevamos de año para la provincia -además de las referidas 67 víctimas mortales por calor- hasta 14 personas perecidas por frío, todas durante el pasado mes de enero. En cualquier caso, sin que el verano haya finalizado ni asome un posible fin de año gélido, la mortalidad por exceso de calor casi quintuplica a la que se produce por exceso de frío. Sin embargo, cabe reseñar que la mortalidad total es mayor en invierno que en verano, un patrón que se relaciona con la mayor prevalencia de las enfermedades respiratorias y una transmisión vírica más elevada que en otras estaciones.
El dato parcial acumulado en esta porción del verano de 2024 alcanza volúmenes similares a los del año anterior. En julio de 2023 se produjeron 28 óbitos por calor en la provincia, 11 menos que el mismo mes del ejercicio presente. En agosto del pretérito, el sistema de seguimiento estimó hasta 68 fallecimientos en Toledo relacionados con el calor extremo; hasta el séptimo día de mes de 2024, han sido 28 los desaparecidos por tal razón. La evolución de las temperaturas en las jornadas venideras determinará el impacto del calor como causa fatídica durante el verano.
RECOMENDACIONES SANITARIAS. Los efectos del calor extremo se ceban, especialmente, con aquellos vecinos que presentan condiciones de salud adquiridas más delicadas. Las personas más longevas y los vecinos de menor edad -también los enfermos crónicos- son los colectivos más expuestos a los peligros del calor.
Las autoridades sanitarias recomiendan evitar las horas de más exposición solar y mantener el cuerpo hidratado y fresco para prevenir la hipertermia. Además, advierten de que en caso de malestar, piel enrojecida, pulso acelerado, fiebre, confusión o mareos se debe acudir al centro de salud más cercano sin demora.
Se desaconseja la práctica deportiva en las horas centrales del día, también la exposición prolongada al sol. Asimismo, se pide evitar comidas copiosas y una hidratación, sin alcohol no bebidas azucaradas, constante.