El vicepresidente primero de la Junta de Castilla-La Mancha ha sido uno de los principales impulsores del nuevo Estatuto autonómico, cuya tramitación ha comenzado en coincidencia con el final del primer año de la legislatura.
Castilla-La Mancha ha consensuado su nuevo estatuto con los dos principales partidos, PSOE y PP, haciendo un ejercicio de entendimiento y de cordialidad atípico en el panorama nacional. ¿Cómo se logra alcanzar esa buena sintonía frente al frentismo instaurado en la política actualmente?
Es algo que no es lo normal en la política nacional, pero debería ser lo deseable que los dos grandes partidos con vocación de gobierno pudieran llegar a acuerdos sobre temas trascendentales. En el caso de Castilla-La Mancha lo hemos hecho con el Estatuto y con el reglamento de las Cortes. Y, bueno, creo que no hay ningún secreto, solo anteponer los intereses generales a lo que podrían ser los intereses propios de cada uno de los dos partidos. Eso y tener claro que el objetivo era tener un nuevo Estatuto, que no deja de ser una norma marco que finalmente hay que desarrollar con leyes de carácter sectorial.
«El principal valor del nuevo Estatuto es el acuerdo» - Foto: Javier PozoSe ha trabajado durante todo un año de una forma muy discreta. ¿Era necesario tanto secretismo?
Yo creo que sí, sobre todo pensando en cómo estaba el clima a nivel nacional. Para evitar cualquier tipo de contaminación lo más importante era tener discreción, ir trabajando intentando que no hubiera influencias externas, y que solo se pensara en lo que era el texto del Estatuto y lo que le interesaba a la comunidad autónoma. Precisamente por ese clima nacional, por eso había que tener tanta discreción. Cuando se quiere llegar a un acuerdo de estas características, la discreción casi es una pieza clave.
¿No ha habido ninguna fricción entre los equipos de PSOE y PP que han negociado el Estatuto?
«El principal valor del nuevo Estatuto es el acuerdo» - Foto: Javier PozoHa habido puntos de vista que inicialmente eran diferentes, pero finalmente se han llegado a acuerdos. No ha habido nada insalvable.
¿Y en qué tuvieron que limar más diferencias?
Hay algún texto en concreto con alguna cosita, pero yo creo que ha ido con mucha más normalidad de la que la gente piensa que pudiera ser una reunión de estas características. No ha habido en absoluto ninguna discusión en ese sentido. Intercambio de opiniones e intercambio de documentación; este texto lo podemos hacer de esta manera, o de esta otra; pero en el fondo, prácticamente, el acuerdo ha sido casi conforme se iban planteando los temas.
¿Ese buen clima, ese buen entendimiento, se puede extender en un futuro a otras cuestiones?
Desde nuestro punto de vista sería lo deseable. Desde el primer gobierno de Emiliano García-Page lo primero que tuvimos que hacer es llegar a un acuerdo con Podemos para poder tener la mayoría en las Cortes, y la seña de identidad del Gobierno siempre ha sido el diálogo y la voluntad de acuerdo. Y prueba de ello es que hemos suscrito más de 30 acuerdos con sindicatos, con empresarios, con entidades del Tercer Sector... En fin, yo creo que la voluntad de diálogo es clara y, por lo tanto, vamos a estar abiertos a los acuerdos a los que ha hecho referencia el señor Paco Núñez; e incluso a otros que pueden surgir y que también entendemos que son importantes. Si hay voluntad, se pueden llegar a acuerdos, y lo deseable sería que este clima de diálogo, más allá de la discrepancia política, que es sana en una democracia, se puedan formalizar acuerdos sobre temas trascendentales.
¿Está satisfecho con el nuevo Estatuto o se le ha quedado alguna 'espinita'?
Creo que el texto es razonable. Es novedoso en algunos aspectos que se incorporan por primera vez, como todo lo relacionado con la política en materia de lucha frente a la despoblación. Y yo creo que responde a las necesidades de Castilla-La Mancha con un planteamiento de cara a futuro, porque un Estatuto tiene que tener esa visión. Y ahora pues hay que desarrollarlo con la legislación y ese es el trabajo que tienen que hacer las siguientes generaciones, con ese marco que nos hemos dado, de buscar las mejores soluciones para solventar los problemas conforme vayan llegando.
¿Y qué es lo que más valora del nuevo documento?
Pues yo creo que el acuerdo en sí. Hay cuestiones que son importantes, como incorporar nuevas herramientas como el decreto ley, que lo hemos echado mucho de menos en las épocas de dificultades, pero yo creo que el principal valor del Estatuto es el acuerdo. Tiene más valor todavía en el clima en el que se ha llegado a nivel nacional. Si nuestro Estatuto sirve para que pueda haber un soplo de aire de acuerdo en el Congreso de los Diputados, pues bienvenido sea.
En principio parece que va a ser así. Está garantizado el apoyo de PP y PSOE en el Congreso.
Sí, lo normal es que salga adelante, y lo que nos gustaría es que saliera adelante con el apoyo de la inmensa mayoría de los grupos parlamentarios. Ese es el objetivo que nos marcamos. Como todo texto legislativo, es susceptible de ser mejorado, y seguro que habrá propuestas que hagan distintos grupos parlamentarios. Yo a eso no le veo ninguna dificultad, si lo hacemos con el objetivo de mejorar el texto. Pero también pueden surgir imponderables en el camino, pues, tal y como está la situación política, te puedes ver inmerso en una refriega que no va contigo y pagar un poco las consecuencias. Esperemos que eso no ocurra, y que la gente tenga también altura de miras y de respetar a una comunidad autónoma que ha querido dotarse de un instrumento, como es un nuevo Estatuto de autonomía, pactado en ese territorio y al que se le han quitado todas las aristas que pudiera tener para no generar problemas, ni de carácter político, ni de carácter territorial. Creo que ese trabajo también ha sido un trabajo bien hecho por parte de los redactores. No hay ninguna razón objetiva para que no se puedan sumar el resto de grupos políticos, más allá de alguna formación que al estar en contra de las comunidades autónomas pues lo normal es que esté en contra; pero que debería hacer una reflexión también al respecto. Pero eso es otro asunto.
¿Y la sociedad civil va a enriquecer el documento?
Ahora se abrirá un periodo en el que los grupos parlamentarios hablarán con distintos representantes de los agentes sociales y económicos de la sociedad civil y estoy seguro que surgirán propuestas. El Estatuto tiene que amparar distintas alternativas, y por lo tanto entiendo que todos los colectivos quieran verse, no reflejados, sino que figuren en el Estatuto. Creo que hay que hacer un ejercicio de explicación de lo que significa la estructura y el armazón del Estatuto, y aún así seguro que habrá aportaciones que puedan mejorar el texto y que salga con el consenso, ya no solo político, sino también social e institucional de la comunidad autónoma.
Por precisar, se ha hablado de una horquilla de 25 a 59 diputados, ¿se puede decir ya el número de diputados que está en la mente del Gobierno regional?
No. No hemos descendido a ese nivel. Creemos que se tiene que mejorar la representatividad de las Cortes. Pero no hemos hablado de un número concreto. Ampliamos hasta 59, eso formaba parte del acuerdo, y ahora lo que hay que trabajar es para elaborar una nueva ley electoral cuando esté aprobado el Estatuto. Antes no se puede acometer la reforma.
¿Y era necesario blindar en el Estatuto la capitalidad para Toledo?
Bueno, parecía razonable que estuviera en el Estatuto que Toledo es la capital de la comunidad autónoma. Yo creo que eso, hoy en día, no está en discusión por nadie. En su momento, cuando se generó la comunidad autónoma, fue objeto de debate, pero hoy no lo pone nadie en duda.
¿Cómo valora la postura reciente de Vox tanto en lo referente al estatuto como con la ley de integridad?
Creo que es difícilmente defendible su postura, porque cuando se dice una cosa y luego se hace una cosa distinta, tienes muchos problemas de incoherencia. Vox es un partido político que está en contra de las comunidades autónomas. Recientemente, incluso, ha pedido que se centralicen las competencias en materia de Sanidad, por ejemplo. Sin embargo, están en los parlamentos autonómicos. Yo creo que eso dice mucho de la grandeza de nuestro sistema democrático, de que quien no está de acuerdo con la arquitectura institucional de este país participa de ella, aunque sea para dificultar el funcionamiento de las instituciones.
Cuando Vox habla de los medios económicos y del coste que tienen las Cortes, decir eso y haber solicitado tener dedicación exclusiva y, por lo tanto, tener retribución del parlamento, pues no casa muy bien. Votar en contra de la ley que determina cuáles son los fondos que hay que distribuir a las formaciones políticas y, sin embargo, cobrar los miles de euros que ha cobrado Vox, pues es una incongruencia porque perfectamente podría devolverlos a la Consejería de Hacienda o los diputados podrían decidir no tener dedicación exclusiva. Yo creo que en ese tipo de cuestiones hay que ser coherentes. ¿Los sistemas democráticos son caros? Yo creo que no. Son bastante más baratos que las dictaduras o los sistemas totalitarios. Yo creo que los diputados y las personas que ocupan cargos públicos tienen que tener su retribución y tienen que tener sus garantías. Mientras están desempeñando su función y cuando dejan de desempeñar su función, tienen que tener las previsiones que tiene cualquier otro ciudadano. Ese es el objeto que se ha planteado en materia de prestaciones por inactividad laboral. Los diputados, cuando dejan de ser diputados, no tienen derecho al paro en Castilla-La Mancha y en el conjunto de España. En muchas comunidades autónomas ya se han articulado sistemas alternativos, y aquí lo que hemos planteado es un sistema muy parecido al de las prestaciones por desempleo. Yo creo que es algo normal. Algo que afecta al conjunto de ciudadanos cuando salen de cualquier empresa o de cualquier actividad profesional.
El nuevo Estatuto ha visto la luz en el final de primer año de legislatura, ¿qué balance hace de este primer ejercicio?
Creo que es positivo. Hemos arrancado una legislatura y podemos ver muchos datos de carácter macroeconómico o de carácter económico que ponen de manifiesto que la situación desde el punto de vista económico y social es muy buena. Datos de exportaciones, de inversión extranjera en nuestro país de creación de empresas, de reducción del desempleo, de número de cotizantes... En todos estos indicadores estamos en máximos históricos o en los mejores datos desde antes del COVID; que fue un antes y un después como referencia. Pero el clima político, el clima institucional que hay en la región, yo creo que eso también hay que ponerlo en valor. Cuando se produjeron las últimas elecciones municipales y autonómicas hubo cambios en muchos ayuntamientos significativos de la región, y hemos continuado con absoluta normalidad. Continuamos con todos los proyectos que teníamos y las relaciones institucionales son absolutamente normales. Este clima que hay en la comunidad autónoma, que es verdad que es una excepción a nivel nacional, yo creo que es uno de los grandes activos que tiene en estos momentos, y se nota mucho cuando hablas con empresarios o con grupos financieros que están pensando en dónde ubicar determinado tipo de inversiones. La seguridad que traslada la comunidad autónoma desde el punto de vista de la gestión, desde el punto de vista institucional, político y de seguridad jurídica, y yo creo que eso lo valoran. Yo creo que el balance de este primer año es muy positivo desde el punto de vista económico, social y también político.
No le parece curioso que en estos tiempos en los que todo el mundo busca una estrategia política para desestabilizar al rival, la estrategia de Castilla-La Mancha sea normalizar y tener relaciones cordiales.
Creo que es lo que la gente valora. La gente está cansada de tanta crispación desde el punto de vista político y que la política crispe todavía más las dificultades que tenga cada ciudadano. Porque los ciudadanos se levantan por la mañana y tienen sus problemas personales, familiares, en el trabajo... y si encima tienes una envolvente de crispación, pues lo normal es que la gente esté cansada, esté harta, incluso con reacciones como votando cosas que estoy seguro que ni comparten ni desean, pero son una manera de lanzar un grito al aire. El que haya instituciones que lo que favorezcan sea el clima de normalidad, de diálogo, de relación, de buscar las mejores soluciones posibles para los problemas que tiene el conjunto de la ciudadanía, yo creo que eso es la labor de la política. La política bien entendida. La política con mayúsculas.
Estar siempre enfrentando, insultando al adversario, pues eso no llega a ningún sitio y lo único que produce es desafección. Y nosotros lo que queremos es que la gente se sienta muy ligada a la comunidad autónoma. Hay gente que no ha votado a Emiliano García-Page como presidente, pero que lo respeta como presidente y respeta sus decisiones; incluso no estando de acuerdo con ellas. Yo creo que eso es clave en un sistema democrático: que la gente respete las instituciones y a quienes están al frente de las instituciones; incluso desde la discrepancia.
¿La previsión que maneja el Gobierno regional es que estos buenos datos, sobre todo en materia de empleo, se sigan manteniendo?
Todo apunta a que sí. Hemos reducido en más de un 40% las cifras de desempleo y tenemos los niveles más altos de cotizantes a la Seguridad Social; es decir, de gente que está efectivamente trabajando. Esto conlleva algunas dificultades, porque tenemos sectores de la economía que tienen dificultades para encontrar mano de obra, y ese es uno de los problemas que tenemos que intentar resolver. Pasa en el conjunto del país y pasa en nuestra comunidad autónoma. Pero si las cosas evolucionan dentro de la normalidad, y no hay ningún elemento de carácter internacional que haga colapsar de nuevo la economía, creo que se va a producir un incremento de la actividad económica y, por lo tanto, de la generación de empleo en nuestra comunidad. Además, empleo de carácter industrial, que es un empleo más estable, de más calidad, que requiere también en algunos casos mucha cualificación. Pero no tenemos que olvidarnos de los sectores tradicionales que, además, siguen siendo la base de nuestra economía, nuestra agricultura y nuestra industria agroalimentaria, que es muy potente.
Respecto a la despoblación, Castilla-La Mancha no pierde población pero sí que hay zonas que se van quedando despobladas.
En materia de despoblación hay dos indicadores que hay que tener en cuenta. Por supuesto, el de la población, el número de habitantes que hay en un territorio, pero hay un dato que es importante, que es el saldo migratorio, saber cuánta gente se va de ese territorio y cuánta gente va a vivir a ese territorio. En las zonas afectadas por despoblación tenemos un problema que es puramente biológico del lado de envejecimiento de la población y, por lo tanto, lo que es el crecimiento vegetativo de los fallecimientos menos los nacimientos siempre va a ser negativo, por una cuestión puramente biológica. Por lo tanto, solo podemos parar ese proceso si el saldo migratorio es positivo, si va más gente a vivir ahí. Además, normalmente es más gente joven que posteriormente revertirá ese saldo negativo. Y eso ya está produciéndose en el conjunto de las 26 zonas que tenemos catalogadas como 'escasamente pobladas'. Ya hay un saldo migratorio positivo de más de 10.000 personas. Incluso en algunas zonas ya la población empieza a crecer. La recuperación no va a ser una explosión, es una recuperación que será lenta. La lucha frente a la despoblación es una política a medio y largo plazo, y tienen que mantenerse las medidas porque no hay ninguna medida estrella, pero el conjunto de medidas producen esos resultados. Y ahora yo creo que estamos ante una oportunidad en la España interior, precisamente ligada a las renovables. Porque las renovables se están ubicando, o se tienen que ubicar, por razones puramente físicas, de clima y demás, en el medio rural. Y lo que hay que conseguir es que esa energía que se produce en el medio rural sea utilizada en ese mismo territorio por aquellos sectores que son sectores 'electrointensivos'. En toda la historia de la humanidad el desarrollo industrial se ha producido donde estaban las fuentes de energía. Y con ese planteamiento se producirá el freno en el proceso de despoblación y habrá un crecimiento de la población en esos territorios.
Que Emiliano García-Page tenga una opinión tan consolidada sobre aspectos como la amnistía o la financiación autonómica, y que no se oculte al decirla, ¿puede jugar en contra de Castilla-La Mancha?
Decir lo que uno piensa siempre es sano desde el punto de vista personal, pero, además, es lo que la gente acaba valorando; es lo que la gente quiere. Nosotros hablamos con el Gobierno de España y estamos llegando a acuerdos. Incluso, en algunos aspectos, es la primera vez que el Gobierno de España se acerca a los posicionamientos de la comunidad autónoma; por ejemplo, en materia de política hidráulica. Y en materia de renovables compartimos también los objetivos del Gobierno de España. Luego, por otro lado, tenemos nuestras discrepancias, que van más en esa parte de la política territorial porque nosotros creemos que en España hay que garantizar la igualdad de oportunidades entre todos los ciudadanos y entre todos los territorios. Y por lo tanto, ese principio lo vamos a llevar hasta el final defendiendo los intereses de nuestra comunidad autónoma.
¿Y ve alguna solución, por lo menos a corto plazo, para lo de la financiación autonómica?
Si hay voluntad por parte del conjunto de las comunidades autónomas, incluida Cataluña, se puede hacer, porque depende de cómo se interprete la singularidad. Si la singularidad se interpreta como la obtención de privilegios, entonces no nos vamos a poner nunca de acuerdo. ¿Que hay singularidades? Claro, hay muchos territorios que tenemos la singularidad de la despoblación y, por lo tanto, hay que buscar los mecanismos que garanticen que el sistema de financiación financie el coste efectivo de lo que cuesta prestar los servicios públicos en esos territorios. Pero eso no es un privilegio para los territorios, más bien es una garantía. Si alguien lo que plantea de esas singularidades es establecer un sistema que siente las bases de privilegios, no nos pondremos de acuerdo. Y luego hay una cuestión que es objetiva. La financiación en estos momentos es insuficiente para financiar los servicios públicos, por lo tanto, el Estado tiene que poner encima de la mesa más recursos públicos y lo que hay que ver es cómo se distribuyen. Yo creo que, si se hace un buen trabajo, se puede llegar a un acuerdo. Pero desde la premisa de que las singularidades no conllevan privilegios.
Los indicadores económicos son muy favorables a Castilla-La Mancha, ¿qué nos puede deparar lo que queda de legislatura?
Podemos seguir creciendo desde el punto de vista económico. El PIB tiene que seguir creciendo y tenemos que pasar los 50.000 millones de euros de Producto Interior Bruto en esta legislatura. Creo que tenemos que seguir incrementando los niveles de afiliación a la Seguridad Social y reduciendo todavía más las tasas de desempleo. Y tenemos que seguir creciendo en población, y que ese crecimiento cada vez sea más homogéneo, en el sentido de que cada vez más territorio de nuestra comunidad autónoma crezca en población. Esos son los objetivos que yo creo que cuando termine la legislatura, si todo va en términos razonables, conseguiremos.