Una vez más el deporte se pone al servicio de organizaciones que sin ánimo de lucro trabajan por un mundo mejor. Este es el caso de Manos Unidas que ayer celebró en la Escuela de Gimnasia la primera edición de la carrera y marcha solidaria a favor del proyecto social que financiarán desde el Arciprestazgo de Toledo.
La jornada comenzaba pasadas las 11,00 horas en la pista de atletismo de las instalaciones deportivas municipales de la avenida del General Villalba Requelme, hasta allí se trasladaron los voluntarios de la organización para dar a conocer la campaña número 57 bajo el lema ‘Plántale cara al hambre: siembra’, ya que como reivindican desde Manos Unidas parafraseando al Papa Francisco «es un escándalo que todavía haya hambre y malnutrición en el mundo. Esto nunca puede ser considerado un hecho normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema».
Ayer los toledanos se volcaron con esta institución de la Iglesia para participar en las diferentes modalidades, previa inscripción. La absoluta, a las 12,00 horas, consistió en cinco kilómetros, es decir, dos vueltas al circuito marcado por General Villalba, antigua División Azul, Agén y avenida de Europa.
La concejala de Familia, Accesibilidad y Festejos, María Teresa Puig, mostró el apoyo del Ayuntamiento de Toledo a Manos Unidas, y participó en la entrega de premios, junto al obispo auxiliar Ángel Fernández Collado. Todos los participantes recibieron la camiseta conmemorativa diseñada por Ángel Sánchez Coronado.
Además, el senador y portavoz del Grupo Municipal del PP, Jesús Labrador, se sumó a la causa participando junto a otros concejales en estos cinco kilómetros solidarios a favor de Manos Unidas. La atleta toledana Vanessa Veiga se encontraba entre los participantes, al igual que el chef Adolfo Muñoz, colaborador habitual de Manos Unidas.
Esta primera edición coincide con el primer año de lo que en Manos Unidas han llamado el Trienio de Lucha contra el Hambre 2016-2018, con el objetivo de trabajar para disminuir el hambre en el mundo y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta. En este trienio, explican, centrarán sus esfuerzos en quienes padecen hambre y en sus causas.
Así, la recaudación de ayer se destinará al desarrollo comunitario en barrios marginales en Delhi, al norte de India. Un proyecto que necesita una inversión de 110.533 euros, coordinado por la religiosa Anita Gregory, de la orden de Salesianas Misioneras de María Inmaculada. Manos Unidas financiará a través de la Diócesis 23 proyectos con un presupuesto de 600.000 euros.