Con el orgullo herido y muchas cuentas por saldar, los Golden State Warriors tiraron de casta este domingo y destrozaron a los Boston Celtics en el segundo partido de las Finales de la NBA (107-88), que dejan ahora San Francisco con 1-1 y todo por decidir.
Boston acogerá el miércoles el tercer encuentro y el viernes el cuarto de una serie muy igualada en la que tanto Warriors como Celtics han tenido tramos de inspiración pero también de parálisis.
Esta vez la cara fue para los Golden State, que se recuperaron de la decepción del primer duelo y que este domingo se lució en un tercer parcial soberbio de 35-14 que dejó amarrado su triunfo (en el último cuarto llegaron a ganar de 29).
Stephen Curry (29 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias) fue el mejor de unos Warriors en los que se vio a un Jordan Poole recuperado (17 puntos) pero a un Klay Thompson todavía gris (11 puntos con 4 de 19 en tiros).
Con claroscuros en ataque (45,3 % en tiros de campo), los Warriors crecieron a partir de la rabia y la intensidad en defensa de Draymond Green (9 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias) y Kevon Looney (12 puntos y 7 rebotes).
Por parte de los Boston, Jayson Tatum (28 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias) fue el máximo anotador pero solo Jaylen Brown le echó una mano en la ofensiva (17 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias).
En una triste actuación colectiva de los Celtics (37,5 % en tiros de campo y 19 pérdidas de balón), el dominicano Al Horford (2 puntos y 8 rebotes) y Marcus Smart (2 puntos y 5 asistencias) estuvieron muy lejos del gran nivel que mostraron en el primer partido.
Anarquía en la bahía
Se esperaba una salida avasalladora de los Warriors, pero el que dominó el arranque fue Brown.
Con 9 puntos en dos minutos y medio, Brown presumió de puntería y lideró una potente puesta en escena de los Celtics (11-16 con 6.47 en el reloj).
Algo precipitados y con Green agitando el partido para bien y para mal (se llevó una técnica en el cuarto inicial), los Golden State recibieron con los brazos abiertos el regreso de Payton, que no jugaba desde que se rompió el codo en una polémica falta de Brooks en la serie contra los Memphis Grizzlies.
Tatum tomó el relevo de Brown (13 puntos cada uno en el primer cuarto), pero los Warriors cerraron el parcial por delante aprovechando la explosividad de Curry y las 7 pérdidas de balón de los Celtics (31-30).
Como en el primer encuentro, Thompson y Poole seguían muy incómodos, destilaban frustración y no encontraban su ritmo.
En las antípodas estaba White, que extendió su estupendo estado de forma con 5 puntos seguidos para impulsar a los Boston (35-40 con 6.57 para el descanso).
El tiempo muerto de Kerr surtió efecto, ya que los Warriors se levantaron con un parcial de 10-0 haciéndose fuertes en la defensa más transición (45-40 a falta de 4.52).
La primera parte fue anárquica y de contrastes, torpe y áspera, de rachas para unos y para otros y hasta tuvo un amago de bronca entre Brown y Green.
Sin ningún conjunto capaz de alzar la voz, los Warriors se marcharon al vestuario arriba (52-50) frente a unos Celtics fabulosos desde el perímetro (10 de 19) y con un Tatum genial (21 puntos con 5 triples) pero espantosos en el manejo del balón (11 pérdidas de balón).
Dinamita local
Recordaba Ime Udoka en la previa que los Golden State son expertos en reventar partidos en el tercer cuarto e insistió en que sus Celtics tenían que afrontar la reanudación a tope de revoluciones.
Sus palabras cayeron en saco roto.
Un fantástico parcial de 13-2 catapultó a los Warriors, voraces en defensa con Looney al frente, más dinámicos en el movimiento de balón y con Thompson sacando algo la cabeza (65-54 con 7.34 por jugarse).
No se veía asomo de reacción en los Celtics, muy desconectados y en los que Tatum se había quedado a su suerte.
En cambio, los Warriors parecían cada vez más convencidos de que este era su momento, primero con dos triples seguidos de Curry y luego con otros dos de un desaparecido hasta entonces Poole, que clausuró el cuarto de modo eufórico con un espectacular tiro desde el medio del campo.
En un nivel similar a la paliza de los Celtics en el último cuarto del primer partido (16-40), el tercer parcial de esta noche fue una exhibición de los Warriors: 35-14 para un +23 (87-64) que era la mayor ventaja del duelo hasta el momento.
El 4 de 17 en tiros reflejó perfectamente el hundimiento de los Celtics en esos 12 minutos.
La remontada de los Boston exigía algo parecido a un milagro, pero un 6-0 de salida para los Warriors selló el triunfo local y abrió la puerta a que los dos equipos reservaran a sus estrellas antes de viajar a Boston.