La cifra de desplazados a causa de las devastadoras inundaciones registradas la semana pasada en el este de Libia a causa del paso de la tormenta 'Daniel' ha ascendido a más de 43.000, según ha informado este jueves la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ha especificado que la inmensa mayoría han salido de la ciudad de Derna, la más afectada.
Así, ha señalado que "se estima que 43.059 personas se han visto desplazadas" y ha agregado que "la falta de suministro de agua está llevando a muchos desplazados a salir de Derna hacia localidades al este y al oeste, lo que explica una reducción del número total de desplazados en Derna".
La OIM ha apuntado que "la mayoría" de las personas que han salido de Derna "están siendo acogidas por familiares", antes de afirmar que estos desplazados "siguen llegando" a localidades como Tobruk, Benghazi, Misrata, Ghiryan o la capital, Trípoli. "Las necesidades urgentes incluyen comida, agua potable y apoyo sanitario y psicosocial", ha especificado.
El ministro de Juventud de Libia, Fetulá Erzuni, afirmó el miércoles durante su discurso ante la Asamblea Naciones Unidas que el país se ha visto azotado por "una tragedia desastrosa" que ha dejado "miles de muertos", en medio de informaciones que apuntan a más de 10.000 fallecidos y miles de desaparecidos.
"Las lluvias torrenciales arrasaron una cuarta parte de la ciudad de Derna", ha lamentado, antes de indicar que el gobierno de unidad, con sede en Trípoli y enfrentado a unas autoridades paralelas en el este del país, "está haciendo grandes esfuerzos para hacer frente a este desastre".
En este sentido, ha manifestado que "la escala de este desastre ha superado todas las expectativas" y ha indicado que los equipos de rescate siguen trabajando para "evacuar a personas, rescatar a los que siguen entre los escombros, enterrar a los muertos y abordar la situación sanitaria en la ciudad".
"Doy las gracias a todos los que han respondido a nuestro llamamiento entre los países amigos", ha dicho Erzuni, quien ha pedido a la comunidad internacional que "cumpla su responsabilidad ante Libia para ayudar a hacer frente a las consecuencias de este desastre, en particular sobre las necesidades sanitarias para proteger a los supervivientes".
"Desde la tragedia, el pueblo libio, de sur a norte, ha dejado de lado sus diferencias políticas y la guerra civil para un renacimiento, para superar las heridas del pasado y fijar el camino hacia el futuro". "Es necesario ver a través de los ojos de las futuras generaciones, en lugar de a través de los ojos de los políticos y los mercaderes de la guerra", ha argumentado.
De esta forma, el ministro libio ha defendido que "es una lección que hay que enseñar a los hijos para evitar que se repitan los errores de esta generación y ha añadido que es necesario celebrar elecciones para lograr "una autoridad unificada" que permita al país superar la crisis actual".
"Libia no necesita armas para matarnos entre nosotros", ha manifestado Erzuni, quien ha hecho hincapié en que "nace una nueva era". "Lo único que se necesita es la voz de la gente y los intereses de la patria. No hay cabida para los corruptos y los mercaderes de la guerra", ha remachado.
El país se encuentra dividido en dos administraciones después de que la Cámara de Representantes diera por finalizado el mandato del primer ministro de unidad, Abdul Hamid Dbeibé, por el aplazamiento de las elecciones presidenciales en diciembre de 2021 y nombrara para el cargo a Fazi Bashaga --posteriormente suspendido en el cargo y sustituido por Osama Hamad--, decisión que supuso un varapalo para los esfuerzos para poner fin al conflicto y la inestabilidad que sacude Libia desde la captura y ejecución de Muamar Gadafi en 2011.