Están hartas. Las enfermeras de Toledo han salido esta fría mañana a la calle, a las puertas del hospital Universitario, para secundar una propuesta desarrollada este 8M en toda España para solicitar la categoría profesional que, por estudios, les corresponde.
Según ha explicado Gema Torrejón, secretaria provincial de Satse en Toledo, las enfermeras (ellas son el 85 por ciento de la plantilla) están reclamando una reclasificación procesional justa. Desde hace catorce años, el Plan Bolonia vino a cambiar los estudios universitarios, acabó con licenciados y diplomados, por lo que «todos somos grados universitarios». Sin embargo, «las enfermeras, tenemos que seguir padeciendo la discriminación de cuando nos dividieron en A1 y A2». Es decir, ellas están en el grupo A2, lo que les resta muchas oportunidades para acceder a puestos de gestión (no pueden acceder a la alta dirección) y les lleva a unas retribuciones por debajo de otras categorías, «estamos perdiendo mucho dinero». Al principio parecía que esta clasificación iba a ser transitoria, y la legislación española se iba a adaptar a la europea, pero no ha sido así.
Todo ello, insistió Torrejón, cuando las enfermeras ejercen un liderazgo, son la principal fuerza laboral del sistema y no está siendo reconocido. En la pandemia «fuimos realmente el soporte del sistema», pero cuatro años después las promesas siguen incumplidas y continúan «en una categoría profesional que no debería existir, como es el A2».
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A falta, por lo tanto, de que los políticos lo reconozcan, las enfermeras se han unido para reclamar el Grupo A, y «el reconocimiento de lo que ha estamos haciendo».