Comenzamos la tercera entrega de los castillos de Toledo con el de Barcience, interesante fortaleza de mediados del siglo XV. El impresionante escudo que aún se conserva en su fachada nos recuerda a la familia que lo mandó construir: los Silva, señores de la villa e influyentes nobles toledanos. Posteriormente fueron otras casas nobiliarias las que lo poseyeron como la del Infantado, Osuna y Pastrana. En el siglo XIX pasó a manos del papa León XIII, quien lo recibió por una herencia y posteriormente lo vendió en 1901 al bilbaíno don Manuel de Taramona. Destaca lo recio de sus muros, encontrando cubos en dos de sus ángulos y torres cuadradas en los otros dos. En la torre de tres cuerpos del lado derecho de la fachada principal (torre sureste), encontramos el citado escudo de los Silva, es decir un león rampante de tamaño considerable. Su puerta estuvo ubicada en el muro oriental y a principios del siglo XX aún se podían ver restos de alguna escalera de caracol en sus torres. El Conde de Cedillo nos informaba que en un antiguo aljibe aparecieron diversas balas de cañón.
Proseguimos con el castillo de Cebolla en el cual estuvieron asentados los caballeros templarios, al igual que en otros puntos de nuestra provincia. Sabemos que en 1497 el señor de la villa y del castillo era don Juan de Ayala, para pasar posteriormente a los condes de Oropesa. El nombre de este castillo era el de Villalba y muy cerca del mismo se encontraba la ermita de San Illán. Ya a principios del siglo XX se encontraba bastante arruinado. Las puertas de acceso se encuentran en los muros noroeste y suroeste con arcos de medio punto. Es importante citar que en la parte del cerro del castillo de Cebolla pasaba una calzada romana que comunicaba Mérida con Zaragoza además de un paso habitual por el río Tajo que se cruzaba con una barca. Este castillo junto a la villa pertenecieron a la encomienda templaria de Montalbán y por ello poseyó capilla como era preceptivo en los enclaves templarios. En el Diccionario de Madoz se indica que desde este castillo se trasladó a la iglesia de Cebolla una imagen del Cristo de la Salud. Después de la posesión de los condes de Oropesa pasó al condado de Deleitosa.
Castillo de Malpica de Tajo.Malpica de Tajo posee un castillo mudéjar que modernamente se transformó en palacio, siendo su propietario a principios de siglo (y aún en la actualidad) el duque de Arión, a quien perteneció también el marquesado de Malpica. Esta fortaleza se encuentra en la margen izquierda del Tajo, muy cercano al castillo de Cebolla. Su planta es rectangular, con torres cuadradas en sus equinas y la construcción se sitúa en el siglo XV por mandato del mariscal de Castilla don Payo de Ribera, señor de Valdepusa. En el año 1576 el castillo lo poseía don Francisco de Ribera y poseía cuatro esquinas y en cada una de ellas «una torre maciza de tierra». En el siglo XVII siendo titular del señorío el marqués de Malpica se reformó su interior colocando columnas renacentistas junto a diversas rejas y balcones también al estilo de la época. El castillo estaba defendido por un foso en tres de sus lados, estando en el cuarto de ellos el propio río Tajo. Ya se encontraban a principios del siglo XX los restos de un escudo con las fajas de la casa de Ribera. Hay un episodio relacionado con este castillo que protagonizó el rey Juan II junto a don Álvaro de Luna, quienes el 29 de noviembre de 1420 venían de Talavera huyendo del infante don Enrique y donde estuvieron aguardando el momento para trasladarse al castillo de Montalbán, donde se acantonaron durante más tiempo. Estamos ante uno de los castillos más impresionantes de nuestra provincia.
*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.