Memoria de una vida

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La Escuela de Arte acoge hasta el próximo 1 de noviembre la exposición 'Curriculum vitae J. M. D. R.', de José María Díaz-Ropero Olivares

Memoria de una vida - Foto: Víctor Ballesteros

Chema Díaz-Ropero Olivares no es un alumno corriente. A diferencia de la mayoría de los estudiantes de la Escuela de Arte de Toledo, hace mucho tiempo que dejó de ser un adolescente. Trabajó en la vieja Standard Eléctrica, contribuyó a poner en pie Comisiones Obreras y ahora —«es un nuevo ciclo»— comparte aulas y talleres con jóvenes creadores. Los mismos que, desde hace más de un siglo, acuden a una Escuela de Arte «que, por la importancia que ha tenido, nunca será lo suficientemente recordada por los toledanos».

La exposición que acaba de inaugurar en la Sala Matías Moreno, situada también en la Calle Reyes Católicos y que permanecerá allí hasta el próximo 1 de noviembre, lleva por título ‘Curriculum vitae J. M. D. R.’. En otras palabras, la memoria de una vida. La trayectoria de este alumno de 61 años repartida en abundantes piezas de pequeño formato, fruto de su paso por las especialidades de escultura y cerámica durante los últimos años.

«Siempre he notado tensión en las manos», reconoce. Comenzó en la escultura «como un divertimento, con miga de pan, alambre...». De ahí pasó a las miniaturas en pasta seca e inició un nuevo camino con materiales más consistentes. El siguiente bloque de la exposición contiene una serie de esculturas en donde las experiencias con alambre conjugan intereses como la tauromaquia con el conocimiento de referentes como Giacometti y Modigliani. Otras partes de la muestra, estructurada por partes coherentes con sus correspondientes explicaciones, rinden homenaje al Greco.

‘Curriculum vitae J. M. D. R.’, que permanecerá abierta durante el calendario escolar de 12,00 a 14,00 y de 16,30 a 18,00, es un personal testimonio que demuestra cómo la creatividad puede contribuir a mitigar los efectos de la crisis. «No imaginaba que pasar por las aulas de la Escuela fuese a ser una experiencia tan interesante». De «otra dimensión» califica el autor el aprendizaje de las técnicas y el día a día con los compañeros.