Toledo homenajeó a los dos guardias civiles fallecidos en la localidad gaditana de Barbate en la noche del pasado viernes. La plaza del Ayuntamiento celebró un emotivo minuto de silencio en memoria de los dos agentes que perdieron la vida tras ser arrollados por una narcolancha. El acto de recuerdo contó con la presencia de altos representantes de la vida pública de la ciudad. El alcalde, Carlos Velázquez, buena parte de la Corporación -hubo ediles de los cuatro grupos municipales-, mandos del Instituto Armado en la ciudad, representantes de la Policía Nacional y la Policía Local, el delegado provincial de la Junta, Álvaro Gutiérrez, el presidente del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, el arzobispo primado, Francisco Cerro, o el arzbobispo auxiliar, César García, entre otras personalidades, participaron de una iniciativa impulsada por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en todo el país.
Velázquez expresó su «absoluto rechazo y condena» por los «crímenes sucedidos» y lamentó la pérdida de los dos agentes que fueron «vilmente asesinados» por las mafias de la droga en el Estrecho. «Queremos que caiga todo el peso de la justicia sobre los asesinos, que no queden impunes», aseguró el alcalde. El poder del narco en la zona supone «algo completamente intolerable», indicó el primer edil, quien aprovechó su intervención para «mandar un mensaje de apoyo y solidaridad» tanto a los familiares de las víctimas como a todos los dispositivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «que se juegan la vida para defender los derechos y las libertades de todos los españoles».
El alcalde afeó la «inferioridad de medios» de los agentes para combatir el crimen organizado en el paso maritímo. Para Velázquez resulta «verdaderamente insultante» la pobreza comparativa entre los recursos asignados a los cuerpos policiales y los que disfrutan los delicuentes que operan el espacio fronterizo. Los agentes de seguridad desplegados en la zona reclaman al Estado un mayor esfuerzo humano y material para poder aplacar la actividad delictiva en la zona. Las víctimas son «dos padres de familia, con niños y una carrera por delante», subrayó Velázquez. Además de los dos fallecidos, un tercer agente resultó herido de gravedad tras la embestida de la lancha en la que viajaban los narcotraficantes. «Por parte del Gobierno, se les está quitando la voz y no se les está atendiendo como debiera», remarcó.
El acto finalizó un largo aplauso y los vivas espontáneos que una asistente brindó a España, el rey, la Constitución y la Guardia Civil.