Miguel Ángel Flores

Amboades

Miguel Ángel Flores


Moscas de invierno

27/01/2025

En el mes de enero, mes teóricamente duro del invierno, he visto moscas, pero, no solo se ven revolotear moscas, sino mariposas, abejas y hasta avispas, y así desde hace semanas. Yo diría, qué si me paro a pensar, no las he dejado de ver durante todo el tiempo desde que el verano «no se fue». Porque en verdad el verano no se ha ido, y así todo, dentro de esta real disfunción, que es un verdadero mensaje de la naturaleza, estamos contentos porque, siempre hace bueno, porque no llueve o nieva y hace poco frío, que, a eso desde hace mucho tiempo, se le llama mal tiempo. En verdad, en esta situación de «buen tiempo», realmente de una manera perversa, quien más contento está, es el sector de la hostelería y de lo que ahora es boyante, el turismo, y por ende las autoridades, que ya han olvidado el año 2020, que, de las crisis muchos obtienen beneficios, no va a ser todo pérdida y final de tiempos. Que, por el arte de la crisis pandémica, se engordaron las terrazas de los espacios que solo podían servir en su entorno interior de su local, y también como si de una pandemia se tratase, se han reproducido en un número diría incalculable este tipo de instalaciones, absorbiendo el bien comunal del paso de peatones y en muchos lugares de espacio de vehículos, este efecto así por todos los lugares del mundo conocido entre el Mediterráneo y el Atlántico, eso sí, gracias, a que hace muy bueno. Porque la lluvia o peor aún la nieve, son elementos atmosféricos que hacen que el tiempo sea «malo», y así haya menos beneficios de solo unos pocos. Si ya es peligroso, no tener recursos hídricos suficientes, en según qué áreas el que no llueva de una manera ordenada, en tiempo y forma, ciertamente es peligroso a futuro entender y poder llevar adecuadamente la vida con salud y menos enfermedades de las debidas. Pero por lo visto, soy solo yo quien ve que no es normal, la existencia de tanto insecto veraniego ya en todo tiempo, o que desde hace muchos años que las cigüeñas también ya vivan todo tiempo aquí, o que, desde hace décadas, tengamos la cultura de «qué buen tiempo hace (si no llueve)», para poder salir y sobre todo «disfrutar» (el soma de esta época, el disfrute permanente), ¿Cómo si cuando llueve no se pudiera disfrutar? ¡Claro que se puede disfrutar!, pero de otras maneras. Con esto de no frustrarnos, de huir del sufrimiento y demás, hacia esta blandez, cada vez más grande que hemos conseguido como tribu, por lo WO...: -Que si llueve es malo y así no se puede disfrutar. Pues bien, a seguir en sequía constante y que muy pronto (meses), no haya agua ni para beber, pero eso sí, podamos estar en una «terracita», al «solecito», y a ser posible con una «cervecita», y si se ve una mosca en invierno, pues no hacer caso, porque como hace bueno eso no nos envía un mensaje que en verdad esto no es lo normal ni lo natural.