La Jara pierde habitantes mientras los vecinos que resisten en su territorio se hacen mayores. La estructura poblacional de la comarca refleja la preeminencia de los adultos tardíos entre sus gentes. La cifra conjunta de niños y adolescentes, incluyendo a toda la población empadronada que tiene entre 0 y 19 años, es de apenas 2.027 personas. Tampoco son tantos aquellos que podrían favorecer el crecimiento endógeno del territorio: los adultos jóvenes, aquellos que cumplen entre 20 y 44 años -y cuya posición biológica favorecería la descendencia-, suman solo 3.908 jareños.
Son 7.845 los residentes en la comarca que tienen más de 55 años. Este grupo supone el 49,2% de la población conjunta de la Jara (15.945 personas a fecha de 1 de enero de 2021), casi la mitad del total. La sobrerrepresentación de los mayores perfila una estructura vecinal sin apenas posibilidades de remplazo. La distribución por edades enfoca los esfuerzos de la administración preferentemente hacia la tercera edad, un colectivo en aumento. La pobre presencia de juventud en esta franja de la provincia. augura un futuro sin apenas natalidad y con una mortalidad ascendente.
La escasa presencia de población en las primeras etapas vitales dificulta un relevo generacional que tampoco parece propiciar la inmigración. En los últimos diez años, la comarca ha perdido el 20,6% de su población, síntoma tanto de la falta de atractivo económico y residencial de la zona como de la elevada media de edad de sus pobladores. La reducida cuota de juventud contrasta con un amplio estrato de población madura: hay menos niños menores de cuatro años (un total de 379 bebés) que nonagenarios (suman 566 personas, incluyendo aquellos que tienen desde los 90 hasta los 99 años de edad).
Municipios como Alcaudete de la Jara y La Pueblanueva representan dos ejemplos que invitan a un cierto optimismo respecto a la presencia de jóvenes en sus censos. En ambas localidades, la proporción de niños se eleva por encima del nivel testimonial o anecdótico. En Alcaudete de la Jara, hay 272 niños y adolescentes (de entre 0 a 19 años) entre los 1.644 vecinos empadronados. La cifra supone un 16,5% del total de la población. Por su parte, en La Pueblanueva son 438 los chicos que tienen tales edades, alcanzando el 20,2% del total municipal. En el conjunto de la comarca, este colectivo representa un magro 12,7% del total de vecinos.
MÁS HOMBRES. La visión general sobre el envejecimiento en la Jara es aún más desfavorable respecto a la presencia femenina en el territorio. (En la comarca hay 675 hombres más que mujeres. La cohorte que agrupa a más mujeres se extiende desde los 55 a los 59 años, con 552 personas; el segundo grupo quinquenal con más presencia femenina abarca desde los 80 a los 84 años, con 541 jareñas. Ambos datos evidencian la negativa singularidad de la pirámide de población de esta comarca: el peso de la tercera edad sobre el total de los vecinos tiende a ensanchar con el paso del tiempo mientras la proporción entre sexos se descompensa en favor de una presencia masculina creciente en términos relativos.
Por tanto, la población de la comarca tiene un marcado sesgo masculino siendo, además, la presencia mayoritaria de hombres más visible en aquellas franjas de edad durante las que se desarrolla la etapa laboral. La brecha se acentúa a partir de la treintena, una etapa en que suelen formarse las familias y consolidarse los proyectos de vida. Entre los 30 y los 39 años, hay empadronados 879 hombres y 716 mujeres. Estos registros sugieren un mayor éxodo de las mujeres jóvenes hacia núcleos urbanos de mayor tamaño -con el consiguiente desarrollo de su proyecto vital allende la comarca de origen.
Solo se da una proporción significativamente más alta de mujeres que de hombres en los tramos finales. La mayor longevidad de ellas permite una abrumadora mayoría a partir de los 85 años: en esas edades postreras, se contabilizan 922 mujeres por 602 hombres, siendo la diferencia entre sexos superior al 50% si se compara un grupo frente al otro.