La comarca de la Jara, situada en el área de influencia de Talavera y fronteriza con Extremadura, suma en la última revisión del padrón municipal publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) un total de 15.945 habitantes. La cifra, a fecha de 1 de enero de 2021, certifica un descenso tan vertiginoso como preocupante: en 2011, la población agregada de las 22 localidades jareñas de Toledo (sin incluir al enclave ciudadrealeño de Anchuras) ascendía hasta los 20.071 vecinos. Así, la comarca ha perdido en el último decenio el 20,6% de su población, aproximadamente a uno de cada cinco habitantes.
La baja cifra de población total en el conjunto de una comarca que se extiende -en su parte toledana- por unos 1.935 kilómetros cuadrados sitúa la densidad de población de esta zona en los 8,24 habitantes por kilómetros cuadrado. De esta manera, y según el criterio elaborado por la Unión Europea, la Jara constituye un desierto demográfico al tener menos de diez habitantes por kilómetro cuadrado en su territorio. Si se incluyera al municipio de Anchuras, perteneciente a la también castellano-manchega provincia de Ciudad Real, la ratio de densidad caería hasta un valor de 7,34.
Sólo tres localidades superan los 2.000 empadronados en la Jara en la última revisión censal: se trata de Los Navalmorales (2.202 habitantes), La Pueblanueva (2.169 habitantes) y Los Navalucillos (2.011 habitantes). En el lado contrario, destacan los dos núcleos urbanos que, aunque mantienen su propio Ayuntamiento, cuentan con menos de 100 vecinos; son Retamoso de la Jara (97 habitantes) y Villarejo de Montalbán (73 habitantes).
Gráfico de la evolución de la población en los municipios de la comarca de La Jara.Asimismo, respecto a los datos locales de 2011, un total de 20 municipios en la Jara ven caer su tamaño humano, mientras que apenas dos, La Nava de Ricomalillo y Villarejo de Montalbán, expanden sus padrones. La caída supera el 30% en los casos de Robledo del Mazo (-31,4%), Santa Ana de Pusa (-35%), Las Herencias (-36,2%) y La Estrella (-37,3%). El descenso generalizado de población en la comarca alcanza un dramático recorte del 43,4% en Puerto de San Vicente.
Las posibilidades de revertir esta tendencia a la baja se adivinan escasas. Entre la población residente en esta zona hay una porción pequeña de jóvenes. Tampoco parece que estos municipios estén siendo capaces de incitar el retorno de aquellos emigrados que ya terminaron su periodo laboral activo y tampoco han desarrollado con profundidad las alternativas turísticas suficientes para impulsar el marcado residencial de segundas viviendas. A priori, la pérdida de habitantes no repercute de manera negativa en la calidad de vida de los vecinos permanentes de la zona; sin embargo, menos población tiende a significar menos dotaciones y recursos comunitarios.
La lejanía de la comarca respecto a los principales núcleos de población del centro peninsular dificulta la renovación vecinal en la veintena de municipios jareños. La escasa presencia de infraestructuras terrestres (la única carretera nacional que atraviesa su espacio es la N-502, entre Ávila y Córdoba), aleja potenciales inversiones privadas y nuevas iniciativas empresariales. Entretanto, la administración local y diferentes asociaciones vecinales e instituciones sociales reclaman más atenciones por parte de los poderes públicos, señalando tanto el carácter periférico del territorio como la elevada edad media de quienes lo pueblan.
PRECEDENTE FAVORABLE. El notable descenso de población registrado en el último decenio del que se tienen datos completos contrasta con la situación que experimentó la evolución de la población de la Jara entre 2001 y 2011. En aquella primera década del siglo XX, los censos acumulados de los 22 municipios sumaron 244 vecinos nuevos, lo que se tradujo en un tímido, pero alentador, aumento del 1,2%. El doble contexto de crecimiento poblacional generalizado, con mejores tasas de natalidad que las actuales y saldos migratorios positivos, y fuerte expansión económica (al menos, hasta el año 2008), benefició a una comarca que en los últimos diez años ha sufrido un severo y acelerado recorte en sus censos.