El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, arremetió ayer contra el impuesto a la banca, que contiene la reforma fiscal aprobada recientemente, criticando que lo recaudado va ir a las comunidades más ricas, «por haber tragado un chantaje nuevo de este nuevo fascismo que representa el independentismo catalán».
De este modo se pronunció García-Page, durante su intervención en la inauguración de la escuela infantil de Talayuelas, en Cuenca. Tras mostrarse partidario de la progresividad fiscal, para que «paguen más los que más tienen», se refirió a «la burda estafa que nos han hecho recientemente en el Congreso de los Diputados».
«Resulta que dicen que hay que poner un impuesto especial a los bancos. Venga, son ricos, tienen mucho dinero. Pero los bancos son esenciales para la vida de la gente, porque los bancos están llenos de la confianza de miles y millones de personas que tenemos ahí los dineros», precisó.
«Vamos de Robin Hood». «Vamos de Robin Hood. Vamos a quitarle a los que más tienen para repartir a los que lo necesitan, ¿no? Venga, medallitas. ¿Y dónde queda el Robin Hood si resulta que al final cogemos el dinero de los bancos, que se supone son los que más tienen, y en vez de repartirlo a las personas en función de su necesidad se va a las autonomías más ricas, se lo quitas a los ricos para dárselo a los más ricos?», reprueba. «¿Todo por qué?», continuó el presidente del Ejecutivo castellanomanchego, «por haber tragado un chantaje nuevo de este nuevo fascismo que representa el independentismo catalán».
«Lo vamos a discutir y lo vamos a pleitear por todos los lados, porque es inasumible. Lo más disolvente para la unidad de España es que consideremos que la riqueza, en vez de ser de todos, es de cada región por separado», alertó García-Page. El presidente castellanomanchego precisó que «ni siquiera la que más tiene que ganar es la que más chilla».
«La que más tiene que ganar es precisamente nuestra comunidad vecina, Madrid, que es la más rica», advirtió el presidente regional.
García-Page terminó abogando por que los impuestos, que «se pagan de todos», se han de repartir en los mismos términos.