Tim Burton siempre ha sido un personaje muy singular. Genuino como pocos, el aclamado director de 66 años y cabeza pensante de películas como Alicia en el país de las maravillas, Big fish, Charlie y la fábrica de chocolate o Eduardo Manostijeras, llevaba ocho años sin conducir una cinta, desde que se estrenara en 2016 El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, no tan elogiada como sus otros filmes.
Ha tenido que ser en 2024 y en Italia cuando ha recuperado la ilusión por el séptimo arte con Bitelchús, Bitelchús, la secuela de la popular comedia de terror de los años 80, que llenó ayer de fantasmas y carcajadas la jornada de inauguración de la 81 Mostra de Venecia.
«Con el tiempo me había desilusionado con la industria del cine», declaró en rueda de prensa acompañado por Michael Keaton y Winona Ryder, que recuperan sus personajes del filme original y las nuevas incorporaciones de Jenna Ortega, Monica Bellucci (su mujer), Justin Theroux y Willem Dafoe. «Siento que me había perdido un poco y esta película ha sido reenergizante para mí, me ha hecho darme cuenta de que la única manera de tener éxito es hacer lo que me gusta», aseguró el director.
36 años después, Burton ubica su nueva comedia en el mundo de hoy y lanza dardos envueltos de humor contra el abuso de los móviles, las pseudoterapias, las nuevas masculinidades de postín o la superficialidad de algunos discursos supuestamente emocionales. Si tiene un álter ego en el filme sería el personaje de Winona Ryder, convertida en la presentadora de un programa de éxito sobre fantasmas y manipulada por su marido, que encarna esos nuevos discursos contra los que se rebela el autor.
Monica Bellucci
En la cinta, su esposa Monica Bellucci encarna a una «criatura» con aires de mujer fatal que succiona las almas de los hombres y les deja hechos un pellejo. «Amo su dualidad porque es malvada pero también encantadora, es una metáfora de la vida», manifestó la italiana.