La situación política que vive Mali desde el pasado 22 de marzo, cuando el presidente Amadou Toumani Touré fue depuesto por un golpe de Estado protagonizado por un grupo de militares malienses a los que se unieron tuareg e islamistas, se vive de cerca en el municipio toledano de Recas, donde este domingo, desde las dos y hasta las cuatro y media de la tarde se ha convocado una concentración en la plaza del Consistorio.

Recas es conocido como ‘la pequeña Mali’, por el gran número de población maliense asentada desde hace años en este municipio de La Sagra toledana (más de doscientas).

La concentración, a favor de la paz y la unión de este país africano, ha sido convocada por la Asociación por la Transparencia Económica y el Desarrollo de Mali, presidida por Koman Koita.

Koita explica a este diario los problemas que se están sucediendo en su país natal y la incertidumbre y el nerviosismo que están sufriendo por sus familiares que se encuentran allí, con los cuales están teniendo hasta dificultades para ponerse en contacto al no haber electricidad en momentos concretos que hacen imposible una simple llamada telefónica.

Asegura que el golpe de Estado ha venido provocado por la «incapacidad» del presidente depuesto, el cual ha estado manteniendo cierta «complicidad» al realizar tratos con ciertos grupos relacionados directamente con Al Qaeda, quienes ha tomado regiones importantes del Norte del País.

De manera contrapuesta Amadou Toumani Touré ni siquiera ha tenido nutrido a los militares con armas para hacer frente a las luchas de los terroristas. «Y no podemos luchar sin armas», dice Koita, quien se posiciona abiertamente en contra del que hasta hace días fuera el presidente de Mali, porque afirma «ha vendido» al país. También se manifiesta en contra de la violencia que está llevando a cabo los rebeldes tuareg en el Norte del país, y lo que la población maliense de Recas desea es que se imponga la paz y la unidad de su país.

El Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad fue el encargado de tomar Tombuctú. Detrás, han caído las regiones cercanas, indica Koita, de Gao y Kidal. La Comunidad de Estados de África del Oeste ha solicitado el restablecimiento del orden constitucional, Estados Unidos ha frenado las ayudas y el país tiene cerradas sus fronteras. Tan sólo se ve salir a malienses que huyen de los ataques, saqueos y la ocupación por la fuerza de los territorios hasta países vecinos como Burkina Faso, Mauritania o Níger.

El detonante del golpe de Estado habría sido la crisis en el norte del país, donde convive una rebelión secesionista tuareg con las actividades de la red terrorista Al Qaeda.

Tras más de dos meses y medio de violentos choques, en los que han perdido la vida centenares de soldados, los independentistas tuareg se han ido poco a poco haciéndose con los territorios.

Desde la Asociación que preside Koman Koita se ha contactado con el resto de organizaciones malienses de la localidad y se solicita a los ciudadanos que les apoyen en esta situación tan difícil que viven en su país.

Este domingo tendrá lugar la concentración «humanitaria» en la cual se verán pancartas y escritos en los que se explicarán los problemas de un país donde la gente está muriendo y el miedo se mezcla con el resto de sensaciones porque «nadie sabe lo que va a pasar».