Quien iba a decir que el impuesto a la producción eléctrica conseguiría poner de acuerdo a Puigdemont y Feijóo. No es más que un primer paso. La reducción de impuestos siempre ha estado en el ideario de un partido conservador como el de los independentistas catalanes de Junts.
Pero esto no habría sucedido si al líder de Junts le hubiera alcanzado la prometida amnistía del Gobierno que todavía Sánchez no ha conseguido explicar. Y, porque Puigdemont, que necesita notoriedad y presencia desde Bruselas, lleva una semana con golpes de efecto como la petición de una moción de confianza.
El portavoz popular Tellado ha querido dejar claro que es una amistad coyuntural y sin derecho a roce porque no le conviene al PP, que bastante tiene con la amistad peligrosa de VOX que ha tumbado los presupuestos de Baleares. No se puede pasar de denunciar las cesiones al independentismo a pactos más amplios.
Aunque el PSOE va a utilizar todos los recursos parlamentarios para retrasar el debate sobre la enmienda que suspende el impuesto. Que al final pagamos los usuarios, que no las compañías. Si a los "nuevos socios" se suman VOX, o el PNV o ERC va a ser complicado que no salga adelante.
La ministra portavoz, Pilar Alegría, trataba de quitar hierro al asunto. Aseguraba, en medio de un trabalenguas, que están centrados en los presupuestos, pero estos prolegómenos no auguran una tramitación fácil. Además, los de ERC, sumidos en sus batallas por el liderazgo, también van a querer competir con Puigdemont subiendo el listón de sus exigencias en traspasos y competencias.
También Feijóo necesita que la opinión pública se olvide de los gravísimos errores de su hombre en Valencia, Mazón, que es insultado cada vez que aparece en un acto público. No parece que los cambios introducidos en el nuevo gabinete valenciano estén proyectando la ansiada imagen de eficacia en la reconstrucción de los daños de la catástrofe. Feijóo tiene que alejarse de la imagen de inoperancia y de convertir la oposición en una crítica permanente al Gobierno sin ofrecer propuestas concretas.
Mientras, la Unión Europea insta al ministerio de María Jesús Montero a que presente ya los presupuestos, pero Moncloa no puede arriesgarse a otra derrota parlamentaria y, antes, prorrogarán los actuales. Nos acercamos al fin de año y las dificultades de negociación con los socios parlamentarios se complica. Y la estrategia del victimismo del Gobierno, ante lo que consideran una persecución judicial, no está propiciando la solidaridad de los socios.
Quedan por ver más pactos "contra natura" en 2025...