Hace tiempo, el anterior delegado de Defensa en Toledo, el coronel Javier Gallegos, comentó en un baile de la Academia de Infantería a los responsables de Fedeto, Ángel Nicolás y Manuel Madruga, la situación de la tropa y marinería del Ejército, que a los 45 años tienen que irse a la vida civil. Son trabajadores muy formados y disciplinados, que no obstante tienen problemas para encontrar un empleo civil. A partir de ahí, surgió un convenio entre la Confedereación Empresarial de Castilla-La Mancha (Cecam), que también preside Nicolás, y la Delegación de Defensa en la región, para formar a este personal para sus nuevos empleos; convenio que se ha copiado en otras comunidades autónomas, y finalmente también firmó la CEOE con el Ministerio de Defensa.

Este convenio pionero en Toledo ya ha tenido su primera consecuencia, en forma de reconocimiento. Este jueves, la Subdelegación de Defensa en Toledo, y en su nombre precisamente Javier Gallegos, imponía a Nicolás la Cruz Militar con distintivo Blanco.

No fue ni mucho menos la única condecoración en un acto institucional que, tras el año de pandemia, sirvió además para conmemorar el XXV aniversario de la creación de la Subdelegación Provincial de Defensa, que en realidad se produjo el pasado 2020. Las delegaciones en realidad se crearon por Real Decreto con el fin de establecer una organización periférica unitaria del Ministerio de Defensa. La de Toledo se implantó en 1995 por orden de 25 de julio. Desde entonces, ha tenido diversos nombres y ámbitos.

La Subdelegación de Defensa en Toledo celebra sus 25 añosEn este acto de XXV aniversario se premió y reconocer a diverso personal civil y militar por sus acciones, hechos o servicios, que implicaron valor, mérito o importancia para las Fuerzas Armadas y la Defensa. Junto a Nicolás, también recibieron sus galardones el comandante Pedro Fernández González, el cabo primero Pedro Ruiz Peinado Palomera. También se entregó la medalla conmemorativa de la Operación Balmis, al personal que luchó contra la Covid-19, al brigada Ignacio José Ortega Hernández. Recibieron su diploma de reservista voluntario a Juan Pedro Hernández Bermúdez y Mario Rodrigo Martín; y su diploma honorífico al dejar de serlo, María del Mar González Calvo. Finalmente, recibieron su reconocimiento el personal cesado en la Delegación o Subdelegación, que pasan a reserva o retiro, Rafael Pinto Pérez y José Luis González Montañés.

Además hubo un reconocimiento público por su colaboración con la Delegación de Defensa, a través de una ‘bandera de mochila’ a Félix Peinado Castillos, secretario general de Cecam, Jesús Espada Triguero, director de Informativos de CMM, y José Romero Postiguillo, jefe del Servicio de Obra del Ayuntamiento de Toledo.

25 años. Finalizaban el acto las palabras del coronel Juan Luis Vicente Mendoza, delegado de Defensa en Castilla-La Mancha, quien repasó los «25 años de esfuerzo, buen hacer y entrega de todo el personal que ha servido en este órgano, que es de importancia capital para la representación del Ministerio de Defensa en la comunidad de Castilla-La Mancha y en la propia provincia de Toledo». En este tiempo, «muchos han sido los logros alcanzados por los 115 hombres y mujeres», soy testigo del cariño y la entrega con que realizan sus labores día a día, y por ello me siento orgulloso de recoger el relevo que me han pasado mis antecesores».

La Subdelegación de Defensa en Toledo celebra sus 25 añosUn buen hacer que queda patente por los diferentes éxitos alcanzados en el reconocimiento de la Calidad del Servicio prestado, con dos sellos de cristal; y que ha alcanzado su máximo nivel en la Certificación del nivel +500 coronado por el Accésit al Premio a la excelencia a la gestión Pública en su decimotercera edición en el año 2020. Por ello felicitó a todos los componentes de esta Delegación, tanto los que sirven en sus filas, como los que nos dejaron.

Este año de pandemia lo ha cambiado todo. La operación Balmis y posteriormente la operación Baluarte, así como las intervenciones de las Fuerzas Armadas en apoyo a las autoridades civiles con motivo de Filomena permitieron la salida de los cuarteles, acercando las Fuerzas Armadas a su pueblo, «ocasión para que los españoles conozcan más de cerca a sus soldados y comprueben de primera mano su capacidad y espíritu de sacrificio». De forma que «este año hemos recibido continuas muestras de cariño y reconocimientos a la labor de nuestra organización, a su entrega y espíritu. Pero también es cierto que nuestro deber es recordar que las misiones de las Fuerzas Armadas no se circunscriben exclusivamente a actuaciones en caso de desastre natural, sino que la misión principal sigue siendo la defensa militar de España».

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