La posibilidad de que China imponga un arancel extra a las importanciones de porcino desde España amenaza un negocio que en la provincia ha alcanzado los 100,2 millones de euros en la última década. La cifra recoge las ventas de empresas toledanas al gigante asiático de todo tipo de cárnicos, sin discernir su origen animal, aunque el alto consumo de cerdo del segundo país más poblado del mundo apunta a un mayor volumen de compras de este tipo.
La decisión que el Gobierno chino plantea tomar se considera como una medida de represalia ante el incremento de la carga impositiva a los coches eléctricos procedentes del país oriental que ha decretado la Unión Europea. En la actualidad, el impuesto exportador con que China grava la entrada de derivados del cerdo oscila entre el 12 y el 20%, según detalla la interprofesional del cerdo ibérico (Asici) y recoge EFE.
Además, las autoridades chinas investigan al porcino procedente de Europa por supuesta competencia desleal con los productores locales. En cualquier caso, los embutidos y el jamón no están incluidos entre las referencias a las que se pueda cargar la nueva tasa.
La evolución de las exportaciones cárnicas de la provincia hacia China muestra una evolución favorable en el tiempo. El mayor volumen de venta se alcanzó en 2020, un año marcado por el incremento del consumo alimentario en un escenario de severos confinamientos en territorio chino. Además, el impacto de la peste porcina africana en aquel país disparó la necesidad de buscar nuevos mercados, una situación de la que se beneficiaron los productores toledanos. En 2015, primer año analizado, se facturaron 3,18 millones en carne; en 2020, el montante se elevó hasta los 31,2 millones. En el año previos a la emergencia sanitaria, las ventas crecieron hasta los 10,46 millones, una cifra algo inferior a los más de 15 millones de euros que se exportaron en los años 2021 y 2022.
El pasado año, sin embargo, el negocio menguó hasta los 8,53 millones, una cifra mayor que la que se registraba en la segunda mitad de la pasada década, pero alejada de los mejores años de relación bilateral. En los cuatro primeros meses del presente año, las empresas cárnicas toledanas han formalizado ventas a China por valor de apenas de 1,26 millones, un dato que augura un nuevo descenso en el acumulado anual.
La semana pasada, la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, insistió en su deseo favorable a «que se proteja la exportación de nuestros principales productos agroalimentarios» y reseñó el liderazgo que este apartado tiene en las ventas que Castilla-La Mancha hace al resto del mundo. «Confío en que la decisión no sea poner aranceles; nuestros productos son la despensa de Europa y el mundo», proclama la representante del Gobierno regional.
Franco espera que los productos alimentarios de Toledo y el resto de provincias de la comunidad sigan «copando los mercados internacionales» y rechaza que se deban vincular dos sectores tan dispares como el de la automoción eléctrica y el cárnico. «Hay que jugar con las mismas reglas: confío en que la decisión de China sea invertir aquí en industria y no reaccionar con aranceles que no tienen ningún sentido en un momento en que tenemos que seguir alimentando el mundo». La titular de Economía, además, recuerda la necesidad creciente de este tipo de consumo en el mundo por el aumento de la población.