El fuego desangra la Corona Forestal de Tenerife

EFE
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El mayor espacio natural protegido de Canarias, con un total de 46.613 hectáreas, abarca los principales municipios arrasados por el incendio declarado el pasado 15 de agosto

Dos hidroaviones luchan contra el incendio forestal que afecta a la isla de Tenerife este lunes en Güimar, uno de los municipios afectados. - Foto: EFE/Alberto Valdés

El parque natural de la Corona Forestal de Tenerife, que sangra por el fuego que devasta la isla desde hace una semana, es, con 46.613 hectáreas, el mayor espacio natural protegido de Canarias y su mejor masa forestal de pino, con una altísima biodiversidad de especies endémicas para las que, hasta que llegaron las llamas, era un magnífico refugio.

Este extenso espacio natural recibe el nombre de corona forestal porque prácticamente rodea el Parque Nacional de El Teide y es eminentemente una zona forestal en la que predomina el pinar y la vegetación de montaña.

De su extensión da idea el que abarca los municipios de La Orotava, Adeje, Los Realejos, Vilaflor, El Tanque, Santiago del Teide, Candelaria, Icod de los Vinos, La Guancha, San Juan de Rambla, Güímar, Arico, Arafo, Guía de Isora, Granadilla, Fasnia y Garachico.

Está conformado por la mayor parte de la base de la estructura volcánica de la Caldera de Las Cañadas y el edificio geológico del Teide-Pico Viejo, formando un anillo continuo que se sitúa entre los 300 y los 2.715 metros sobre el nivel del mar.

Dentro de este espacio protegido se encuentran las principales muestras de vulcanismo histórico desarrollado en Tenerife, según explica el Gobierno de Canarias en su análisis de la naturaleza de las islas.

El parque está constituido por tres grandes dorsales o cordilleras volcánicas que convergen hacia el centro de la isla formadas durante el segundo ciclo eruptivo de Tenerife y con un alto número de elementos geomorfológicos destacados, como barrancos, pitones y lavas recientes.

De él surgen entornos únicos como el Paisaje Lunar e impresionantes depresiones como el valle de Güímar, donde destacan elementos singularizados y característicos del territorio como el volcán de Las Arenas y la Caldera de Pedro Gil.

Parte de su valor cuenta con gran cantidad de endemismos y especies de flora y fauna que están amenazadas, muchas de las cuales están incluso protegidas, como por ejemplo el pinzón azul del Teide (Fringilla teydea, endemismo tinerfeño y símbolo animal de la isla) y el pino canario (Pinus canariensis).

Posee una de las mejores masas forestales de pinos de toda Canarias, tanto naturales como repoblados y una magnífica representación de la vegetación de alta montaña de Tenerife.

En la actualidad se estaba intentando la recuperación de la laurisilva con el fin de rescatar la formación boscosa que originalmente conquistó estos espacios y también hay muestras de matorral de alta montaña y fayal-brezal en determinados enclaves.

En cuanto a fauna, cabe destacar varias especies de murciélagos, entre ellas el orejudo canario autóctono (Plecotus teneriffae) o el pequeño (Nyctalus leisleri).

Hay también una buena representación de fauna invertebrada, como los escarabajos endémicos (Buprestis bertheloti y Brachyderes rugatus), la araña (Olios canariensis) y la mariposa nocturna (Macaronesia fortunata).

Otro dato que da idea de la relevancia de este espacio es que una de las explotaciones más importantes de este Parque Natural es la extracción de aguas, pues unas 200 galerías, de las poco más de un millar que existen en Tenerife, nacen en el interior de la Corona Forestal.

Por ello el Cabildo de Tenerife también señala que en este espacio se encuentran las cabeceras de buena parte de los barrancos que forman la red de drenaje del norte y sur de la isla y ejerce un destacadísimo papel en la captación de aguas y la conservación de suelos ante la erosión.

En conjunto constituye un espacio de excepcional belleza y valor paisajístico, subraya el Cabildo.

Los principales accesos al Parque Natural de Corona Forestal son desde La Esperanza, a través de la TF-24 (carretera dorsal); desde Arafo, por la TF- 523 (carretera de Los Loros); desde La Orotava, por la TF-21; desde Guía de Isora, por la TF-38; o desde Vilaflor, por la TF-21.

Todos ellos están cerrados al tráfico desde que a las 23:36 horas del 15 de agosto se dio la primera voz de alerta de que había fuego en la zona del monte entre Arafo y Candelaria, unas llamas que, una semana después, están a punto de ser contenidas, pero aún no controladas.