El problema del agua potable regresa a los municipios de la comarca de la Jara. Esta vez, los pueblos del Pusa, que pasaron entre septiembre y octubre casi dos meses sin el apto en el suministro, han cedido el protagonismo a la Mancomunidad de Río Frío. El cambio de captación del abastecimiento por la escasez del caudal en la presa ha boligado a los ayuntamientos a recurrir a la presa de San Vicente. De esta manera, los alcaldes están a la espera del visto bueno de la Consejería de Sanidad a los análisis de las muestras de agua.
Así lo explica a este diario el alcalde de Aldeanueva de San Bartolomé (Aldeanovita), Ángel Farao. La bajada sobresaliente del caudal de Río Frío puso en peligro además la salubridad, por lo que cuatro municipios de los cinco de la mancomunidad se abastecerán ahora de San Vicente. Se trata de Aldeanovita, El Campillo de la Jara, La Nava de Ricomalillo y Sevilleja de la Jara. El otro integrante de la mancomunidad, La Estrella, se suministra de otra captación.De esta manera, la declaración de no potable afecta desde el pasado día 22 a unos 1.500 empadronados.
Farao reclama a la Consejería de Sanidad celeridad para la comprobación de los análisis de calidad de la presa de San Vicente.
Como publicó este diario en octubre de 2023, la Confederación Hidrográfica del Tajo informó entonces en el Boletín Oficial de la Provincia de la solicitud de la concesión del aprovechamiento de aguas en la Mancomunidad de Río Frío. Concretamente, de cuatro captaciones en el arroyo Riofrío y en el de San Vicente para el abastecimiento en Aldeanovita, El Campillo de la Jara, Buenasbodas, La Estrella, La Nava de Ricomalillo y Sevilleja de la Jara. El trámite de legalización supuso un desembolso cercano a los 20.000 euros. Fue una sorpresa. El trámite de legalización se firmó más de 30 años después de la construcción de las presas.
La Junta y la Diputación construyeron hace unos 30 años las dos presas. Primero, la de Rio Frío y después la de San Vicente, como complemento para que el abastecimiento cubriera todo el año.
Las deficiencias en la calidad del agua son frecuentes en esta parte de la provincia. La presencia de manganeso motivó el año pasado la declaración de agua no potable a principios de agosto. Días después, la mancomunidad recurrió a la presa de San Vicente y surtieron de una abastecimiento de color marrón. Tanto, que los vecinos acudieron denuevo a los lavaderos públicos.