El FC Barcelona se llevó la victoria del Reale Arena sin merecerlo. Un solitario gol del central uruguayo Ronald Araujo en el último minuto de partido decantó la balanza del lado blaugrana tras un encuentro gris de los de Xavi en los que la Real Sociedad pudo hacer mucho daño, aunque estuvo falto de puntería el equipo dirigido por Imanol Alguacil.
La Real Sociedad comenzó como un torrente el encuentro, con tres ocasiones claras en los tres primeros minutos de juego, dos bien repelidas por Marc-André ter Stegen y otra que se fue lamiendo la cepa del poste.
El ritmo se calmó, aunque las ocasiones siguieron cayendo a favor del conjunto txuri urdin, como una llegada cerca del ecuador de la primera parte que se topó una vez más con una intervención muy meritoria del guardameta alemán del Barcelona, casi de un portero de balonmano, a disparo algo cerrado de Take Kubo.
Un equipo catalán que vio un claro en la tormenta donostiarra gracias a una ocasión de Gavi que, buscando socio que rematase la asistencia, acabo despejada por la defensa realista.
El Barcelona se mostró incapaz de desplegar un juego reconocible y las ocasiones no paraban de llegar desde el flanco txuri urdin por parte de una Real Sociedad que hubiera firmado una primera mitad con un sobresaliente de no ser porque faltó lo más importante: el gol.
Con los 45 minutos reglamentarios ya consumidos, ambos equipos enfilaron el túnel de vestuarios con la plantilla de la Real Sociedad consciente de que fue mejor que el Barcelona.
La segunda parte no comenzó con la misma intensidad que los minutos iniciales del encuentro, aunque la posesión y las ocasiones siguieron llegando al área visitante con la firma txuri urdin.
Se sucedieron los minutos sin demasiada claridad, hasta que Barrenetxea, uno de los más destacados del encuentro, pegó un zapato de fuera del área que se encontró, una vez más, con las manoplas de ter Stegen.
Algo que sirvió para que el conjunto txuri urdin se viniese arriba, ya que justo seguido, una llegada hasta línea de fondo por parte de Kubo no encontró compañero gracias a un milagroso despeje por parte de Ronald Araujo.
Y como el fútbol escribe guiones totalmente imprevisibles, Álex Remiro, quien había sido alguien casi testimonial durante prácticamente todo el encuentro, tuvo que sacar una mano prodigiosa para que Araujo no pusiese al Barça por delante en el marcador.
Una acción que llenó de confianza al conjunto blaugrana, ya que la siguiente acción tuvo de nuevo al mismo protagonista en el foco, aunque esta vez con un desenlace muy diferente, ya que nada pudo hacer el guardameta txuri urdin ante el cabezazo de Araujo que, sin comerlo ni beberlo, se disfrazó de superhéroe en el Reale Arena.
La Real Sociedad se fue de vacío de un encuentro que no mereció perder, pero a la que una desconexión en los minutos finales condenó cruelmente. El Barcelona se rehace de su derrota en el Clásico y el club donostiarra podría quedarse fuera de puestos europeos a final de jornada.