Los vecinos de Hontanar extrañan a Juan Manuel, el hostelero encantador que estiró su vida laboral para dar bien de comer al puñado de habitantes de este pueblo de los Montes de Toledo y a los forasteros que recorrían el yacimiento de Malamoneda o hacían hambre durante la subida al Telegrajo. Desde su marcha en 2022, el Ayuntamiento está a disgusto con el servicio de hostelería, agravado más aún desde el 17 de agosto. La anterior contratista dejó entonces de servir menús a los ancianos; por ello, el alcalde, Juan Manuel Muñoz, ofrece casa gratis al adjudicatario. Y, probablemente, eliminará el canon de 2.000 euros al año.

«Un pueblo sin un bar está muerto», afirma sin ceremonias el alcalde de un pueblo que ha quedado desabastecido de ese lugar de encuentro donde los ancianos tienen un menú por siete euros. Ni ellos, la mayoría de los 150 habitantes, ni los visitantes pueden charlar de sus cosas desde el mes de septiembre.

El Ayuntamiento de Hontanar acepta ya candidatos dispuestos a habitar la casa de tres habitaciones ubicada sobre el llamado centro de día; en verdad, un bar con terraza donde echar la partida, comer tranquilamente y hermanarse con el resto del pueblo y los foráneos.

El contrato está previsto para un periodo de cuatro años e incluye el pago compartido entre el Ayuntamiento y el adjudicatario de los gastos de luz y gasoil. De la casa, sólo debe hacer frente el beneficiario a la luz.

Eso sí, el Ayuntamiento de Hontanar exige un buen gobierno de la hostelería y una cocina que incluya, por ejemplo, cocido o judías. Una cocina tradicional que satisfaga los paladares de los vecinos. «Es todo ganancias. Está bastante bien para un matrimonio o una familia. Para ganar un sueldecito», resalta el alcalde, quien se muestra partidario incluso de eliminar el canon anual de 2.000 euros.

«Estamos locos por abrir», insiste porque los ancianos del pueblo deben coger el camino a Navahermosa y recorrer los tres kilómetros para tener el abrigo de un bar.

Precisamente, Hontanar celebra hoy su patrón, San Andrés, en plena búsqueda de un hostelero. Y hoy se reunirán de manera informal los vecinos en el bar para disfrutar de la festividad. El Ayuntamiento pone la bebida, y la asociación de mujeres colaborará también.

Como informó ya este diario, el último pleno del Ayuntamiento de Hontanar, celebrado a finales de octubre, resolvió el contrato anterior de concesión del servicio de cafetería y comedor del Centro de Día municipal por incumplimiento desde el 17 de agosto. Entonces, aprobó el estudio de viabilidad económico-financiera del siguiente contrato.

Hay más ejemplos recientes en la provincia. Torrecilla de la Jara, con 130 empadronados, perdió el bar de toda la vida hace casi una década. Un año y medio después, el Ayuntamiento jareño invirtió el dinero correspondiente a los Planes Provinciales de la Diputación en la reforma del centro social para que funcionara como bar. Y ofertaba el alquiler a un precio base de 125 euros al mes y corría con los gastos de agua y calefacción; además, asumía el coste de un ordenador y un punto de acceso 'wifi' para que cumpliera también la función de Centro Social.