Carlos Calzada

Carlos Calzada


Mirando a 2024 después de un 2023 de menos a más

15/12/2023

El cierre de un año natural pocas veces es significativo si tenemos en cuenta que las temporadas de fútbol ni acaban ni empiezan en estas fechas que vienen.
Lo que sí que es cierto, es que en el fútbol, siempre es constante la evaluación. Quizás ahora mismo no es un momento crucial para analizar de cerca el rendimiento del equipo (que ya se hace jornada a jornada), pero sí podemos tratar sobre la gestión y, desde mi punto de vista, sobre la evolución que ha sufrido el CD Toledo en este 2023 que alcanza su fin.
Un CD Toledo que viene de años de inestabilidad, cambios y, por qué no decirlo, caos en muchas de sus parcelas, todo ello marcado siempre al final por un primer equipo incapaz de alcanzar sus objetivos. ¿Realistas? ¿Soñadores?
Es cierto que 2023 comenzó buscando dejar lejos, muy lejos, un horroroso 2022. Entrenador nuevo, cambio de cromos en la plantilla, con la salida y la llegada de jugadores, y el equipo metido en problemas deportivos. Poco a poco, y sin un juego vistoso, se rozó la posibilidad de jugar los 'playoff', pero no se obtuvo el tan deseado premio. En la presente campaña, fruto de muchas y variadas causas, los cambios siguen a la orden del día, pero en comparación, la situación deportiva parece, a priori, mejor.
A pesar de ello, y en esas adversas o negativas circunstancias, el club ha logrado afianzar la estabilidad y retomar el rumbo, y se ha revelado la verdadera fortaleza y capacidad de adaptación de la entidad justo cuando se cumple un año de la llegada del nuevo director general, Ricardo Mingorance.
La gestión de un club de fútbol cualquiera implica una coreografía compleja de diversos elementos, desde la dirección técnica y deportiva hasta la plantilla de jugadores y la estructura administrativa, pero el Club Deportivo Toledo es más complejo. A todo esto hay que añadir una cantera en expansión y una masa social atípicamente numerosa para esta categoría, lo que lleva consigo otra serie de aspectos interrelacionados, como puede ser la asociación con empresas y patrocinadores, el lavado de cara del estadio Salto del Caballo, incluyendo la nueva tienda del club o una labor social brutal cuyas primeras pinceladas van tomando forma.
La introducción de cambios en cualquiera de estas áreas puede ser un desafío considerable. Sin embargo, cuando se logran implementar modificaciones significativas y, al mismo tiempo, se toman con paciencia los procesos, el éxito puede estar más cerca.
Eso sí, no podemos olvidarnos de que en el fútbol todo son resultados y, aunque estos no lleguen a corto plazo, hay que seguir trabajando en todas las áreas para que en 2024, por fin, puedan empezar a llegar.