El consejo de participación del Casco Histórico debatió durante más de una hora una moción planteada por la asociación de vecinos La Cava que animaba al Ayuntamiento de Toledo a crear «una herramienta entre administraciones» para instar a los diferentes ayuntamientos en cuyos términos municipales se producen vertidos al Tajo a su clausura. La iniciativa fue votada de forma favorable por cinco participantes, cuatro representantes vecinales y la concejala socialista Alicia Escalante, y rechazada por los ediles Juan Marín, Marisol Illescas y Rubén Lozano. Las alusiones a otros ayuntamientos, incluido el de la capital de España, y a la Comunidad de Madrid motivaron el voto contrario de los tres representantes del equipo de Gobierno. «Hacer alusión a Madrid en el consejo del Casco no tiene ningún fundamento. Aquí se trabaja por la depuración, vertidos y consumo de agua sean lo mejor posible», dijo Lozano.
El concejal de Medio Ambiente y Río Tajo recordó que la Administración municipal carece de potestad para reclamar a otros semejantes tal cuestión. «No podemos exigir ni a Madrid ni a otros pueblos de La Sagra que permiten los vertidos que los eliminen», indicó.
La propuesta de La Cava llamaba a la «despolitización» de un tema que «preocupa»a la ciudadanía. Su representante pidió la unidad de la Corporación y reclamó un «impulso» desde la ciudad que pudiera cristalizar en «una comisión o una mesa de trabajo» para instar a los municipios desde donde se contamina el Tajo a que dejen de hacerlo.
«Los vertidos que hay en la ciudad son lo primero: cuando tengamos nuestra casa en orden, podremos pedir a los demás que lo hagan en la suya», aseveró Lozano.
El concejal de Río Tajo recordó el esfuerzo del Ayuntamiento en el cierre de vertidos contaminantes durante su discurrir por el término municipal y lo definió como un «primer paso» en aras de la mejora de la salud de agua y entorno. Además, citó varias reuniones con la Confederación Hidrográfica, la Plataforma en Defensa y la Cátedra.