La Consejería de Economía, Empresas y Empleo, a través de su Dirección General de Turismo, Comercio y Artesanía, ha valorado positivamente la documentación entregada por el Ayuntamiento de Miguel Esteban y ha decidido declarar la Jota Pujada como Fiesta de Interés Turístico Regional.
«Para nosotros es un orgullo que se otorgue a nuestra fiesta esta distinción porque nos reconoce como algo único y digno de reclamo turístico en toda Castilla-La Mancha», asegura Marcelino Casas, alcalde de Miguel Esteban, en nota de prensa.
La Jota Pujada es una de las tradiciones que más arraigo tienen en Miguel Esteban. Se celebra cada año en pleno carnaval y convierte esta celebración en algo propio. Se estima que la Jota Pujada tiene más de tres siglos de antigüedad, y es que hay constancia de ella en un documento del archivo parroquial fechado en 1751.
Cada año los migueletes se disputan mediante una puja el privilegio de bailar en el centro de un corro la denominada Jota campesina, una jota especial que es interpretada por la Banda Municipal de Música cuando la puja alcanza cierto nivel.
El corro se forma a los pies de la estatua de 'La vendimiadora' y los encargados de abrirlo son los capitanes, una de las figuras más emblemáticas de esta fiesta. Ellos mueven la bandera al ritmo del compás de la música y son los primeros en bailar la jota. Tras ello ceden el testigo a las diferentes parejas que van pujando para ello. El 'animero', otra de las figuras importantes de esta fiesta, es el encargado de controlar y dirigir las pujas.
La Jota Pujada es una jota corriente manchega que se repite mientras haya quien puje. Tiene como característica su posible y continua interrupción, debido a que los pujantes deben hacer las respectivas pujas antes de que las parejas que ya bailan verifiquen el «cambio de paso», pues de lo contrario no se puede pujar hasta que haya terminado de interpretar la jota y las parejas actuantes completen el baile. En función de la cantidad de dinero pujada, se baila la jota migueleta, que tiene un ritmo más tranquilo, o la denominada 'jota campesina' que es mucho más rápida y alegre.
Esta tradición tiene un calado muy hondo en la sociedad de Miguel Esteban. «Años atrás las parejas migueletas ahorraban durante todo el año para poder pujar y bailar delante de sus vecinos la jota pujada porque era una forma de formalizar la relación», asegura Pilar Lara, concejal de Festejos del municipio.