La Asociación de Amigos de La Colegiata de Torrijos ha otorgado de nuevo todo su esplendor a la obra ‘Caída de Cristo camino del Calvario’ de Juan Carreño de Miranda, pintor del siglo XVII.
El lienzo, ubicado en la entrada sur de La Colegiata torrijeña, en la nave derecha , estaba prácticamente «perdido», sobre todo su rostro, debido a «los excrementos de murciélago y el abandono».
De esta forma lo expresa Julio Longobardo, presidente de la asociación, quien destaca que era otro de los retos que se habían marcado y que, debido a la situación de crisis económica y la falta de «subvenciones comprometidas», ha llegado más tarde de lo deseado.
Así, la propia asociación ha tenido que invertir dinero propio, la mayoría proveniente de la venta de los más de cuarenta libros editados, para poder hacerse cargo de la restauración.
La misma ha sido llevada a efecto por un profesional, Germán Pérez Martínez, quien ya interviniera en el Retablo Mayor de la Colegiata de Torrijos. Le han elegido por ser de confianza, por «ajustar» precios y por las facilidades de pago que se les ofrece, y como no, por los excelentes resultados.
Y es que el mayor problema de esta obra pictórica era el rostro del Nazareno. «Había sufrido repintes desafortunados», incluso llegando a presentar una cara similar a la del ya mundialmente conocido ‘Ecce Homo’ de Borja, confiesa Longobardo.
Del cuadro en sí había constancia documental, incluso aparecía en la tradición literaria recabado por Alarcón, apuntándose como autor del mismo a Juan Carreño de Miranda. Este pintor 81614-1685) destacó en la corte española de Felipe IV y Carlos II, de quien fue su mas conocido retratista. Este protegido de Velázquez, inició su andadura en una primera etapa dedicada a la temática religiosa, época en la que pintó el lienzo torrijeño de La Colegiata.
El proceso ha sido largo, de varios meses. Así, miembros de la asociación y el propio restaurador acudieron a la Fototeca del Consejo superior de Investigaciones científicas. Allí se comprobó que un cuadro idéntico se hallaba en La Magistral de Alcalá de Henares.
Ya allí, descubrieron que el cuadro, idéntico, era una réplica del original de Torrijos. En él se basó el restaurador para poder integrar los rasgos de la imagen al lienzo deteriorado.
Y el resultado se pudo conocer este pasado fin de semana en su presentación oficial. «Ha sido un milagro lo que ha hecho con el cuadro», dice Longobardo, y es que su estado era deplorable, casi sin rostro visible.
El precio de la restauración ha sido de 2.384 euros, pagados íntegramente por la asociación, un dinero que parece poco, pero que para ellos es «mucho».
A la espera de que «los tiempos mejoren», con varios de sus proyectos paralizados por falta de dinero, esperan poder proseguir con la labor por la cual nacieron: la defensa del patrimonio de Torrijos.
Ahora, el lienzo luce de nuevo en el lugar de donde fue descolgado para su restauración, que ha durado alrededor de seis meses, a la vista de quien quiera apreciar el trabajo de un pintor «reputadísimo». Arte que se mantiene gracias a la labor de esta asociación que invierte todo su esfuerzo y tiempo de manera desinteresada para que estas raíces patrimoniales no se pierdan.