Creatividad y pasión arquitectónica. Toledo rompe las cadenas de lo tradicional y escribe un nuevo capítulo en su historia de la mano del estudio de arquitectura AMA. Un delirio de creatrividad que desata una revolución estética yendo más allá de los límites convencionales, y su obra maestra es un espacio único, un baño que despierta emociones latentes. Este rincón, antes descuidado, ha sido transformado en un santuario donde la creatividad y la pasión arquitectónica se fusionan en una sinfonía visual que roba suspiros.

Cada detalle cuenta una historia silenciosa, cada grifo es un poeta que da voz al agua, convirtiendo el simple acto de visitar el baño en una experiencia casi sagrada.

 Francisco Javier Alguacil San Félix y por Luis Moreno Domínguez han convertido a la Cervecería La Abadía, en un espíritu innovador, dejando de ser solo un establecimiento para beber y comer. Se ha metamorfoseado en un destino para los buscadores de emociones estéticas.

Premio Luis Moreno y Fernando de AMA arquitectura, por la obra de reforma de los baños del restaurante La Abadía. - Foto: Yolanda Lancha Este baño, más que un espacio funcional, es un lienzo de expresión artística que invita a los visitantes a sumergirse en un mundo donde la arquitectura se convierte en una manifestación palpable de la emoción humana. Cada detalle meticulosamente diseñado es un eco de la pasión que estos arquitectos han insuflado en su creación, haciendo de cada visita a la Cervecería un viaje emocional a través de la belleza inesperada en los lugares más cotidianos de Toledo.

Caravista, la roca madre de Toledo, donde nace la ciudad. «Ventura, el propietario de las obras, nos propuso cavar en el semisóntano, y descubrimos la roca. Roca madre de Toledo, la roca sobre la que se asienta la ciudad», destaca Alguacil. «Le hemos robado al subsuelo de Toledo una parte que era suya. Hemos penetrado en lo más profundo de la ciudad, en un sitio que nunca estuvo ocupado», añade.

Una idea en la mente que tuvo que ser reinventada. Los diferentes elementos encontrados dificultaban el pensamiento original. De ello nacieron, «los huevos, los lavabos... formas orgánicas de la naturaleza». Seis elegantes cascarones se distribuyen armoniosamente por el entorno, creando la experiencia de sumergirse en un universo exclusivo. Estos refinados capullos, que se revelan como inodoros, actúan como cápsulas aislantes, transportándote a otra dimensión al momento de entrar. Luis Moreno las define como «vasijas  de alabastro. También es una forma para romper con las formas más rectas de la excavación, y en esa forma cilíndrica entran todos los elementos, inodoro, secamanos...».

Premio Luis Moreno y Fernando de AMA arquitectura, por la obra de reforma de los baños del restaurante La Abadía. - Foto: Yolanda LanchaUn universo sobre grava blanca. La piedra nunca deja de cobrar su papel protagonista en sus diferentes formas.

«Es posible la limpieza, es posible la iluminación, es posible la ventilación, cada cascarón de huevo tiene una ventilación interior, más la ventilación externa que exite, la música... es un compendio de sensaciones visulaes y sonoras, que hacen de este espacio algo singular», apunta Francisco Javier Alguacil.

Una destacada labor reconocida mediante los Premios NAN, concedidos a los mejores proyectos de arquitectura del país. En la categoría de 'Mejor diseño de restaurantes', AMA arrasó con su creación. «Esto es un premio nacional al mejor diseño de restaurante. Y cuando Javier y yo fuimos a la gala ante 300 personas, no esperábamos nada. De aquí nos vamos a llevar una cena decíamos. No nos iban a dar un premio al mejor restaurante por unos cuartos de baños. Fue muy emocionante cuando nombraron a AMA Estudio de Arquitectura. Muy emocionante. También el murmullo que se oia en la sala cuando proyectaron la imágenes de los baños también te hacía sentir como escalofríos. Pero siempre de orgullo y satisfacción. Aunque el premio real es el reconocimiento de la gente», destaca Moreno.