El presupuesto anual del Ayuntamiento no se queda en un planteamiento de los próximos doce meses, dado que los cálculos y las cuentas dan tanto de sí que invita a mirar a futuro. En este caso, la Tesorería municipal ha incluido en su informe un escenario futuro que invita a replantear «la política fiscal» para que la administración municipal siga disponiendo de fondos y sea suficientemente sostenible.
El informe toma como base que el presupuesto para 2024 se ajusta legalmente y atiende los condicionantes económicos que se establecen para las administraciones públicas. Por tanto, el Ayuntamiento podrá hacer frente a todas sus obligaciones porque cuenta con liquidez suficiente para afrontar sus pagos a los trabajadores, a las entidades financieras y a los proveedores y debe hacerlo en el margen legal establecido, es decir, en un periodo de 30 días. Desde Tesorería apuntan que si se produce alguna demora puntual en el pago no obedecerá a problemas de liquidez sino «a cuestiones relativas a la tramitación de los gastos».
En este caso, el Plan de Tesorería refleja que se parte con una previsión de saldo inicial en caja de 52 millones de euros, se prevé el cobro de 92.327, 387 euros a lo largo de 2024 y se establecen unos pagos por importe de 126.733.825,36 euros, de los cuales seis millones corresponderán a inversiones financiadas con remanente, con lo que a finales de 2024 el saldo en caja será de 15,058074,32 millones de euros.
Todos estos cálculos han tomado como referencia la evolución de la recaudación voluntaria y ejecutiva de los últimos años. Además, se ha tenido en cuenta los ingresos por el impuesto de Actividades Económicas, según lo recaudado en 2022 porque tiene un decalaje de dos años, y el fraccionamiento de los distintos impuestos, como el IBI y la tasa de basura.
El futuro. La Tesorería no se limita a evaluar el proyecto presupuestario del Ayuntamiento de Toledo del próximo año, también se mete en harina para evitar problemas financieros a la larga, dada la importante bajada de remanente a cierre de 2024 que puede condicionar las cuentas de 2025.
Por ello, en el informe se advierte que la sostenibilidad financiera que sí presentará la administración municipal el próximo año puede verse alterada en 2025 debido «al efecto de las inversiones y de un remanente prácticamente absorbido». La Tesorería municipal considera que en 2025 será necesario «replantear la política fiscal» en el Ayuntamiento por la necesidad de hacer frente «a la subida generalizada del coste de los servicios corrientes y de los gastos de personal».
Por este motivo, desde este departamento municipal se plantean dos alternativas futuras, «o se aumentan los ingresos mediante subidas de tributos» o se reduce el gasto voluntario, puesto que el remanente no podrá asumir el volumen de gastos.