«Hay que saber hacer honor a la responsabilidad del Cervantes»

Leticia G. Colao
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El escritor Sergio Ramírez, premio Cervantes 2017, protagonizó ayer un encuentro con los clubes de lectura de Talavera, con quienes debatió sobre literatura y política

«Hay que saber hacer honor a la responsabilidad del Cervantes» - Foto: L.G.C.

Literatura, política y una amena conversación desde la mayor de las cercanías, la confianza y el respeto que ofrece uno de los escritores más importantes de la lengua española. Sergio Ramírez, novelista, ensayista, periodista, político y abogado de origen nicaragüense,  también con nacionalidad española, protagonizó ayer un encuentro organizado por la Biblioteca Municipal José Hierro con los clubes de lectura de Talavera, que llenaron el centro cultural El Salvador para escuchar al premiado escritor. También estuvieron presentes el concejal de Cultura, Enrique Etayo, y la directora de la José Hierro, Dori Manzano.

No evitó ninguna pregunta, ni siquiera aquellas que hablaban de la dictadura de su país natal, Nicaragua, de donde está exiliado desde poco antes de recibir en 2018, en España, el mayor premio de las letras españolas, el Premio Cervantes. Ha sido el primer centroamericano en ganarlo, reconocimiento que considera un «honor y una responsabilidad».

«Me asombré mucho y me sentí abrumado por la lista de escritores que ya lo habían recibido. La responsabilidad que implica tener un premio de esta categoría frente a tus lectores es muy grande», consciente de que la siguiente historia, siempre, «tiene que ser mejor que la anterior».

«Hay que saber hacer honor a la responsabilidad del Cervantes»«Hay que saber hacer honor a la responsabilidad del Cervantes» - Foto: L.G.C.Ramírez dejó pinceladas de su pensamiento al enfrentarse al papel en blanco, siempre marcado por la humildad. «Si uno piensa que ha escrito su mejor novela, está perdido como escritor, siempre es un reto, un desafío», defendiendo que todo escritor «tiene que entregarse profundamente al oficio, no como algo ocasional o de aficionado» pensando que delante siempre estará un «crítico y exigente» lector.

En el encuentro, se habló de su prolífica obra, centrándose especialmente en las dos últimas, de géneros bastantes diferentes: 'Tongolele no sabía bailar' de 2021, una novela negra que habla de Nicaragua y el fin de la revolución soñada, y 'El caballo dorado' publicada este año, un relato de aventuras de una princesa de los Cárpatos lleno de humor.

Pero en el centro de El Salvador, acompañado por Mercedes Regidor, Ramírez se dejó llevar por las preguntas que, haciendo un viaje tranquilo por su agitada vida, no se centraron únicamente en la literatura, aunque están íntimamente relacionadas.

«Hay que saber hacer honor a la responsabilidad del Cervantes»«Hay que saber hacer honor a la responsabilidad del Cervantes» - Foto: L.G.C.Su trayectoria, también la que recoge en sus libros, está marcada por dos dictaduras, la de Somoza, que fue derrocado por la guerrilla sandinista de la que él formaba parte, y por la de Daniel Ortega, líder de aquel movimiento guerrillero, ahora presidente, que en 2018 ordenó su persecución y castigo. Curiosamente, Ramírez fue vicepresidente de Ortega en el primer Gobierno sandinista (1985-1990), tras el derrocamiento del dictador, con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y curiosamente también, ahora le persiguen «los mismos delitos que en la dictadura de Somoza», recordó.

«Me gusta decir que estoy fuera no por razones políticas sino literarias, yo estoy dedicado en los últimos años a mi tarea de escritor» indicó tras ser preguntado por el exilio. No obstante, fue la publicación de su libro 'Tongolele' y las palabras previas a su discurso en el Cervantes en defensa de los jóvenes que murieron en la última rebelión por creer en la democracia, por las que le acusaron de delito a la patria.