La elección de dos augures, especialistas en el trazado de la ciudad: Joan Busquets y José María Ezquiaga, arquitectos vinculados al mundo académico en las escuelas de arquitectura de Barcelona y Madrid respectivamente, abre otro camino en el urbanismo del tercer milenio del Toledo por venir. Una senda donde el siempre alentador conocimiento entra en juego y sin duda estimulará y elevará el nivel del debate intelectual -académico- en torno al urbanismo.
Aunque llegar a un nuevo POM es tarea laboriosa y compleja, es fundamental dar el primer paso en buena dirección. Siguiendo el ritual clásico para trazar la ciudad con garantía: inauguratio, orientatio, limitatio y consectario. Lo primero es mirar alto, luego observar dónde está el horizonte y después elegir una buena referencia, dirigir en buena dirección la flecha de la brújula. Busquets y Ezquiaga son dos profesionales con ojo para observar y ver, ver lo que se ve. A favor tienen la independencia que da mirar desde fuera, y poder decir con libertad, al menos, hacia dónde no debe ir la ciudad. Volver al punto de partida inicial, corregir y reanudar el camino es elogiable y estimulante.
Esta nueva orientación del urbanismo de la ciudad debería traer consigo el fin del pim, pam, pum, del juego de las ocurrencias, asechanzas y desatinos. Juego de feria, en el que se dispara al tuntún a todo, sin juicio y con muchos prejuicios. Pim, pam, pum que ha estercolado el ‘historicidio’ urbano, el aquí no se mueve nada, el ¡qué se quede todo como está!
Sucumbirá la modificación 29, 3.500 viviendas en La Peraleda -margen izquierdo de la Vega Baja-, que pretendió, con un corta-pega del POM 2007, validar un clon encubierto de lo anulado por el Tribunal Supremo. Ordenación que difícilmente podría ser respaldada por el juicio de ambos eruditos, como tampoco lo serán las otras 1.800 viviendas sobre el yacimiento arqueológico -margen derecha-. También con criterio técnico recomendarán evitar las dentelladas a Vega Baja, como el nuevo aparcamiento disuasorio, y sin duda darán una salida digna, dentro de una visión general de ciudad a una ubicación no perniciosa del tan necesario nuevo Cuartel de la Guardia Civil.
Ambos, experimentados en la gestión pública, en el urbanismo social y en el consenso urbano, tienen cultura para algo imprescindible, avanzar y absorber conocimiento escuchando con educación, lo que desde diferentes ámbitos de la sociedad civil se ha aportado con paciencia, perseverancia, ilusión y acuerdo ciudadano, en jornadas como: Toledo Por.Venir (Real Fundación Toledo, 2017), Toledo en Cien Años ( Biblioteca Regional, 2018) o Diálogos en Vega Baja (Universidad de Castilla-La Mancha, 2019). Allí, historiadores, arqueólogos, paisajistas, geógrafos, sociólogos, antropólogos, periodistas, ingenieros, arquitectos, vecinos… expusieron sus anhelos de la ciudad soñada. Porque la ciudad no es sus casas, es lo que no es privado, ni siquiera sus bellas fachadas. La ciudad es discusión, es diálogo, es el espacio para la palabra de muchos.
Volvemos al punto de partida para tomar impulso y que la ciudad salte sus murallas a la búsqueda común de la ilusión optimista de un virtuoso dibujo nuevo para la ciudad vieja.
(*) José Ramón de la Cal es arquitecto