La huella de España en la Revolución Americana

Á. de la Paz
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El historiador Thomas E. Chávez ofrece en una conferencia las claves del apoyo español a la independencia de Estados Unidos, una apuesta que se concretó en armas, dinero y diplomacia

El castillo de San Servando acogió la conferencia sobre el papel de España en el nacimiento de Estados Unidos. - Foto: David Pérez

La participación de España en la independencia de Estados Unidos, un estado moderno cuyo texto protofundacional, el de la declaración de 1776, cumplirá un cuarto de milenio el próximo año, centró la conferencia que el historiador Thomas E. Chávez ofreció en el castillo de San Servando. El investigador desgranó la huella española en la formación del nuevo país, la colaboración conjunta de Madrid y París con la segregación de las trece colonias, bajo dominio británico, y el impacto que ejercieron figuras como la de Bernardo de Gálvez.

Chávez destacó la presencia de España en el punto de partida de la nueva república norteamericana. La ayuda secreta que brindó a los rebeldes que habitaban las tierras de la costa este se concretó en armamento y dinero. El esfuerzo conjunto de España y Francia facilitó el reconocimiento político y la victoria sobre la metrópoli, un Reino Unido enemistado con las otras dos viejas potencias europeas y con una influencia creciente en el continente americano. 

«En Estados Unidos creemos que no necesitamos la ayuda de nadie. Sin embargo, olvidamos que la independencia no hubiera sido posible sin ayuda», subrayó el ponente, quien lamentó la ausencia de referencias relativas al vínculo original entre ambos países en las diferentes etapas de la enseñanza.

Durante la charla, promovida por la Asociación Cultural Héroes de Cavite, el doctor en Historia por la Universidad de Nuevo México diseccionó la relación que establecieron Benjamin Fraklin y Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda. Los lazos que forjaron facilitaron el empeño independentista de las trece colonias, aunque España se sumó al esfuerzo bélico algo más tarde que Francia, en junio de 1779.

El conflicto abierto en el Atlántico septentrional obligó al poder británico a plantearse cuál de sus posesiones quería defender, «si las colonias en Indias, Centroamérica, Jamaica, Menorca, el Misisipi, Gibraltar o la propia Inglaterra», enumeró Chávez. El experto también afeó el olvido sobre el papel que los soldados españoles desempeñaron en la orilla del gran río estadounidense, desde Nueva Orleans hasta San Luis, incluso más al norte, durante la Guerra de la Independencia, un episodio, inmerso en la Revolución Americana, que concluyó en 1783.

El diplomático Antonio Garrigues prologó la charla. Durante su breve intervención elogió a Nuevo México, alma máter del ponente, como el estado de la primera potencia donde mejor «se conservan las tradiciones españolas».