Presos del franquismo levantaron la Academia de Infantería

Á. de la Paz
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Sánchez Lubián recuerda el trabajo realizado por los reclusos de la dictadura en Toledo, una labor tan desconocida como olvidada

Obras de construcción de la Academia de Infantería. - Foto: La Tribuna

El periodista Enrique Sánchez Lubián dictó la primera conferencia de un ciclo sobre memoria democrática organizado por la agrupación socialista de Toledo. El escritor Rafael del Cerro y el profesor José María González Cabezas ofrecerán en mayo y junio, respectivamente,  otras dos sesiones relacionadas con esta temática desde su perspectiva toledana.

La labor que miles de presos políticos realizaron en distintas obras públicas de la ciudad durante el franquismo centró la ponencia de Sánchez Lubián. Después de la Guerra Civil, la dictadura «articuló diferentes herramientas para el trabajo de los presos», detalla el experto. Según sus estimaciones, entre cuatro y cinco mil encarcelados fueron empleados como mano de obra en Toledo. Una parte sustancial de este colectivo se atareó en la renovación urbana decretada por las autoridades durante los años cuarenta, el decenio que descorchó el nuevo régimen.

Al trabajo de los presos políticos corresponde la construcción de la Academia de Infantería, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Las obras del recinto militar comenzaron en enero de 1941 y finalizaron siete años después. Más de tres millares de personas participaron en la tarea de levantar la infraestructura castrense. La actuación fue encomendada a la Quinta Agrupación de Colonias Penitenciarias Militarizadas, un instrumento de la Administración franquista para el uso de los presos políticos como fuerza de trabajo. De las seis unidades que hubo de este tipo, tres operaron en la provincia de Toledo: la Tercera lo hizo en Talavera, en las obras del canal de Alberche; la Cuarta propició la construcción de la Real Acequia del Jarama en las proximidades de Añover de Tajo; mientras la Quinta bregó en favor de un nuevo emplazamiento militar en la capital provincial.

Sánchez Lubián, acompañado de Juan José Pérez del Pino y Milagros Tolón, en la sede socialista de Toledo.Sánchez Lubián, acompañado de Juan José Pérez del Pino y Milagros Tolón, en la sede socialista de Toledo. - Foto: David Pérez«Quiero poner nombre y apellidos a los que pasaron por ahí», asegura Sánchez Lubián, quien calcula que, aproximadamente, uno de cada diez presos utilizados para estos fines en el territorio toledano tenía su origen en la propia provincia. «Es un tema desconocido», indica el investigador, autor y coautor de casi medio centenar de obras de variada temática, también la divulgación histórica. La búsqueda de Sánchez Lubián apunta a un fenómeno que fue «más allá del Valle de los Caídos» y que duerme, en el caso de Toledo, en el cajón del olvido. Existe «información disgregada» sobre la Quinta Agrupación; tampoco hay aportaciones sustantivas respecto a la mano de obra que levantó la Academia de Infantería.

Además del centro militar, centenares de encarcelados adheridos al Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones, otro organismo creado en 1939 y formado por reclusos, participaron en la reconstrucción del Alcázar y la plaza de Zocodover, también en la construcción de los bloques de la avenida de la Reconquista y en la restauración de algunos templos religiosos dañados durante la Guerra Civil.

El ponente lamenta la falta de recuerdo sobre tales hechos. «Estas obras deben ser reconocidas como tales; en Toledo no se ha hecho nada», indica. La legislación sobre memoria democrática exige la consideración de los presos de los que el régimen franquista se sirvió tras el final de la contienda, un esfuerzo al que la conferencia de Sánchez Lubián y las dos por presentarse quieren contribuir.