Las imágenes de Federico Martín Bahamontes ascendiendo el col de Bonette en 1962 dejan helado al auditorio de París que acude a la presentación del recorrido del Tour de Francia de 2024.
El Águila de Toledo, que hasta su fallecimiento en agosto pasado a los 95 años era el más veterano de los ganadores todavía con vida del Tour, cabeceaba por una carretera estrecha, en un desértico paisaje que no conducía a ningún lado, para convertirse en el primer ciclista que coronaba en cabeza ese puerto de los Alpes del sur de Francia.
El toledano reincidió dos años más tarde, esta vez por la otra vertiente, en una etapa de recorrido inverso a la del 62, con salida en Briançon y meta en Mónaco.
Cuando coronó la Bonette por vez primera, hacía tres años que se había convertido en el primer español en triunfar en el Tour e inscribía su nombre en una cumbre que la ronda francesa descubría y que la próxima edición, 62 años más tarde, rescatará de nuevo.
Será el quinto paso por ese puerto, después de que el escocés Robert Millar lo coronara en 1993 y el sudafricano John Lee Augustyn en su último paso en 2008.
Con sus 2.802 metros sobre el nivel del mar, el col de la Bonette será el techo del Tour de 2024, una edición que superará durante muchos kilómetros los 2.000 metros.
Pocas veces el Galibier, que los ciclistas afrontarán en la cuarta etapa, ha sido destronado como el paso más elevado de una edición, con sus 2.642 metros.
¿La carretera más elevada de Europa?El Bonette lo hará con creces, porque su cima es casi una obra de ingeniería para situarse más alto que el resto.
Christian Estrosi, el alcalde de Niza, ciudad que mira de reojo las alturas que encumbra el puerto, la consideró como "la carretera más alta de Europa". Una recompensa que figura en una señal instalada a pie de puerto.
Un dato difícil de verificar, pero los organizadores del Tour no temen en considerarla la más alta de Francia.
No es una casualidad. Por encima del puerto, que culminaba en los 2.715 metros, los políticos de la región se encapricharon en elevar el techo y en los años 60 construyeron una carretera que rodea la montaña con un único fin, superar al Iseran, que con sus 2.764 metros era el asfalto más elevado del país.
Entre rocas y tierra virgen, desprovisto de vegetación, la carretera se eleva por una ruta que ya fue practicada por Napoleón III y que conserva vestigios de militares de la llamada línea Maginot de los Alpes, un conjunto defensivo que testimonia de la tensión entre Francia e Italia.
El Bonette será la punta de lanza de un Tour que tendrá en la altura uno de sus elementos más peligrosos. Allí donde el oxígeno se hace escaso y dificulta el esfuerzo, la carrera busca una dificultad suplementaria.
Hasta cinco puertos del recorrido de 2024 están situados por encima de los 2.000 metros, la barrera que se considera crítica.
Sestrières (2.035 ) y el Galibier (2.642) en la cuarta etapa, el Tourmalet (2.115) en la décimo cuarta, y el Bonette y Isola 2.000 (2.024) en la 19.
La altura, en la que el esloveno Tadej Pogacar siempre ha mostrado más limitaciones que el danés Jonas Vingegaard, jugará un papel importante y el col de la Bonette será el mejor estandarte de esa dificultad.