Hay numerosos síntomas o causas visibles sobre el terreno de juego que pueden explicar el mal momento que vive el Real Madrid a nivel táctico. Carlo Ancelotti no encuentra la forma de ensamblar las piezas después de la llegada de Kylian Mbappé y la salida de Toni Kroos, como cambios más significativos. Su equipo se parte demasiado y solo las paradas de Thibaut Courtois maquillan a una defensa poco resolutiva. En el centro, Aurelién Tchouaméni parece no hallar su rol exacto dentro del combinado y Fede Valverde está algo perdido ante tanto cambio de posición. Y en ataque Vinícius y el astro francés no logran mezclar y los goles que el año pasado aportaba Jude Bellingham no acaban de llegar.
De hecho, el inglés es una de las piezas que más ha mutado de una temporada a otra. De realizar un inicio de 23/24 por encima de lo esperado en cuanto a efectividad ante la portería contraria, con 10 tantos en sus primeros 11 partidos, a, en los mismo duelos, no haber sumado ninguna diana. Tan solo ha celebrado un gol: con Inglaterra ante Grecia.
En ningún otro futbolista de la primera plantilla merengue se plasma tan bien el cambio, para mal, que ha sufrido el cuadro de Chamartín. Los datos reflejan un Bellingham mucho más alejado del área rival, una prueba de que Ancelotti le ha intentado dar otro rol para adaptar un nuevo esquema en el que convivan con armonía las nuevas piezas. Claramente, el italiano no lo ha logrado.
El '10' merengue ha decrecido en todas las estadísticas relativas al ataque entre una campaña y otra. Si en la 23/24 tenía una ratio de goles esperados por encuentro de 0,34 (percentil 95), en la actual solo tiene un 0,11 (percentil 27).
También ha bajado los números de disparos buscando el arco adversario, con 2,20 el año pasado (percentil 71) y 1,35 en el presente curso (percentil 24). Pero lo que realmente plasma que se ha alejado de la zona ofensiva es el número de toques de balón en el área rival, con 6,28 por encuentro en la 23/24 (percentil 94) y 4,32 en la 24/25 (percentil 72).
condicionado. Es cierto que el escenario tampoco está ayudando demasiado a Ancelotti. Si hace 365 días todas las decisiones que tomó con la plaga de lesiones que tuvo en la defensa fueron acertadas, a tenor de los resultados, ahora le está costando hallar un remedio adecuado a la ausencia de larga duración de Dani Carvajal.
Y es que el español tenía un rol preponderante tanto en la zaga como en el ataque. Por eso, para tratar de equilibrar ambos costados, el técnico italiano ha tomado la decisión de cambiar de banda a Bellingham en los últimos partidos.Pero el inglés, lejos de brillar como lo hizo partiendo desde la izquierda, en la derecha tan solo asegura mucho trabajo.
Y es en esta faceta donde más ha crecido el centrocampista británico. Si los guarismos atacantes solo han menguado de un año a otro, los que tienen que ver con la retaguardia han mejorado sobremanera.
En la 23/24, Bellingham promediaba 6,42 acciones defensivas, ganaba 5,03 duelos y realizaba 0,75 entradas exitosas por encuentro. Sin embargo, en la campaña actual ha superado esos registros con creces, con 8,7 acciones defensivas, 7,13 porfías a su favor y 1,74 'tackles' en los que ha salido victorioso.
Sin ir más lejos, durante el clásico del pasado sábado se le pudo ver al inglés muy sacrificado a la hora de seguir en todo momento las aventuras atacantes de Alejandro Balde por su banda, en una clara consigna de Ancelotti para evitar que el lateral percutiera por ahí.
Pero la categoría de Bellingham como jugador y como experto llegador desde atrás demanda una mayor presencia y relación con el gol dentro del Real Madrid. Él mismo fue el encargado el curso pasado de salvar a los suyos en varios compromisos con tantos que fueron decisivos: marcó contra el Unión Berlín (1-0), el Nápoles (2-3) y el Braga (1-2) en la Liga de Campeones y ante el Almería (1-3, con dos goles en el Power Horse Stadium, y 3-2, en el Bernabéu), el Celta (0-1), el Getafe (2-1), el Barça (1-2, en Montjuïc, y 3-2, en el Bernabéu) y el Betis (1-1).
La lesión
Esta cuesta abajo del inglés no solo se explica desde el panorama táctico de esta campaña, aunque es el que más incide. La temporada pasada cambió su incidencia goleadora, por encima de la esperada, desde que le lesionó el hombro en un duelo ante el Valencia. Desde entonces arrastró unas molestias que no le dejaron mostrar la aplastante versión anterior: antes de la dolencia marcó 13 goles en 14 partidos y tras ella solo pudo hacer 10 tantos en 28 encuentros disputados.