Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


La ruina del Cercanías

06/10/2023

El Estado español es ese concepto manoseado y adulterado por los indepes para no mencionar la palabra España. Lo emplean, además, para intentar mofarse del país al que pertenecen y colocarse los primeros de la fila a la hora de cobrar, que no de pagar. Dado que estamos en manos de los separatistas, vaya por delante el órdago al Estado español: ¿A que no hay -pelotas o lo que prefieran- para comprometerse a devolver el dinero de todos los billetes del tren de Cercanías cuando no llegue puntual a su destino? Sería la ruina no sólo de España, sino de cualquier país que te puedas imaginar, por muy rico que sea. Piensen en EEUU o en alguno de los que amasan petrodólares, como Arabia o Catar. También se quedarían sin blanca. 
El servicio de trenes de corta distancia en España se ha convertido en una ruina para los usuarios y para el conjunto de españoles, no solo por su impuntualidad, que ha dejado de ser noticia. Es una parte más -no menor- del proceso de narcotización que venimos sufriendo de forma más intensa desde el comienzo de la pandemia. "No te quejes, hay cosas peores". En este caso, el mensaje va en una dirección que, a estas alturas, si eres viajero habitual del Cercanías, habrás incluso percibido por parte de los que mandan. "No te quejes, que es gratis". Podríamos recurrir a la pedante auto cita, pero es algo que ya lo advertimos aquí en julio del año pasado cuando anunciaron la gratuidad de un servicio que arrastra una degradación sin final. El populismo es cortoplacista y no mira más allá. Y para el hoy siempre habrá justificaciones que contengan al usuario anestesiado ante su enfurecimiento cuando no llega al trabajo, a una cita médica o a donde le plazca. 
La escena se ha vuelto a repetir esta semana. En esta ocasión, "por la rotura de un pantógrafo" volvió el caos. Da igual cuando leas esto: no se invierte lo suficiente ni tampoco el mantenimiento es el adecuado, por lo que tienes muchas papeletas de que el servicio no funcione como debería. Es decir, bien y puntual. Pero es gratis. Y si no llegas a tiempo, los andenes están a reventar y pasan cuatro trenes hasta que llega el tuyo, no tienes derecho a la queja. 
Esto es así a diario y lo saben bien los que viajan a la capital desde Guadalajara o desde la provincia de Toledo. Si preguntas en Cataluña, la idea que han logrado imponer es que en Madrid el servicio funciona como un reloj suizo, mientras que en la perseguida comunidad autónoma -por el Estado español, evidentemente- es un completo desastre. Ya sabemos que amnistía, sí, referéndum, no, y que el traspaso de Rodalies es una exigencia dentro de una larga lista en la que, casi siempre, se olvidan de pagar. El propio Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha condenado a la Generalitat a abonar a Renfe 81 millones de euros por servicios prestados entre 2016 y 2019. Ahora, pretenden que se les traspase gratis y que la amnistía deje en un "pelillos a la mar" todas estas fechorías de niño rebelde. 
Y esto es lo que habría que exigir a los nuestros. A los de un partido y a los de otro, aunque no viajen en Cercanías y no sepan del calvario. Como hemos entrado en tiempo de Sánchez, no esperen ni una tan siquiera deserción de alguno de los ocho diputados del PSOE de Castilla-La Mancha, asumiendo así todas las concesiones para convencer a un delincuente fugado. Y lo de la amnistía, puede colar, teniendo en cuenta que hablamos de perdón. Lo tendrán más difícil cuando vuelvan a sus provincias y expliquen a los suyos que lo que han hecho es favorecer a los ciudadanos de una comunidad autónoma en detrimento de la suya. Entonces, igual les hace menos gracia.