La salud mental ha sido este jueves por la mañana la protagonista en la IIIJornada de Urgencia Social organizada por Cáritas Diocesana de Toledo en la Biblioteca de Castilla-La Mancha. A través de una mesa de trabajo y un trabajo en grupo, varios técnicos han estudiado los problemas y analizado soluciones. Además, Cáritas ha logrado un compromiso verbal tanto de la Junta de Comunidades, como del Ayuntamiento de Toledo en este tipo de atenciones.
El director de Cáritas Diocesana de Toledo, José Luis González Montañés, puso un ejemplo de los problemas a los que se enfrenta su organización. Recientemente, un sábado por la noche le llamó un sacerdote de la provincia con un joven sin lugar donde dormir. Tras una noche en el salón parroquial, quería darle un lugar digno. Como el albergue estaba lleno y no había técnicos para valorarlo, González Montañés apostó por meter a esta persona en un hostal y que el lunes fuera al albergue. Así fue. Cuando consultó a sus técnicos, estos le explicaron que conocían a este joven. El problema que tenía una enfermedad dual, adiciones tóxicas que le han llevado a una enfermedad mental. También lo han echado de casa. Pero como todavía está consumiendo, no puede entrar en el albergue. La pregunta del sacerdote fue «¿y qué hacemos?». «No lo sé», explicó el presidente de Cáritas. Su entidad no tiene recursos ni trabajadores para estos casos. Lo único que ha podido hacer es crear un grupo de psicólogas para atender a estas personas. Además, ha pedido a las administraciones poder trabajar conjuntamente en red para buscar una solución a estas personas.
Compromisos. Y las administraciones han recogido el guante, al menos de palabra. La concejal de Servicios Sociales explicó que, aunque parezca complicado, «todos» estamos en riesgo de dormir en la calle o pedir en la cola de Cipriano. Basta con que la enfermedad mental llegue a nuestras vidas. Cada día hay más toledanos que van al Ayuntamiento a pedir ayuda «porque es la primera puerta a la que tocar». Es Cáritas quien está dando solución a muchos casos, «cosas que tendría que solventar el Ayuntamiento, la Junta o una administración pública, porque no puede haber gente en la calle con una emergencia social». «Asume una labor subsidiaria de lo que no hacemos las administraciones públicas», de ahí que «tenemos que intentar llegar a un entendimiento para que no quede ningún hueco, ni ninguna laguna».
También el delegado provincial de Bienestar Social de la Junta, Maxi Muñoz, se comprometió a seguir trabajando de la mando de entidades como Cáritas «que hacen un trabajo desinteresado». Le tiende la mano «para abordar este problema, vamos a colaborar y trabajar juntos, también con el Ayuntamiento». A su juicio, las administraciones saben que hay mucho por avanzar, «pero tenemos mucho avanzado en la región. En Castilla-La Mancha hemos sido y probablemente sigamos siendo pioneros en salud mental, referente de muchas otras comunidades en cuanto a la manera de trabajar».