La Asociación APACE celebró ayer el Día Mundial de la Parálisis Cerebral con un pequeño acto en el que, este año, se ha querido poner el acento en la importancia de afrontar el envejecimiento en personas con parálisis cerebral. Bajo el lema «envejecer, decidir, vivir» se persigue sensibilizar a la sociedad sobre esta discapacidad y su impacto en la calidad de vida de las personas que viven con esta condición, tanto afectados como sus familiares.
Al acto conmemorativo han asistido la concejala de Discapacidad, Julia González; el delegado provincial de Bienestar Social, Maximiliano Muñoz, y los portavoces del Grupo Municipal Socialista, Luis Enrique Hidalgo y Flora Bellón, junto al gerente de APACE, Pedro Trancón, trabajadores, usuarios y familiares.
Desde APACE (Asociación de Ayuda a la Parálisis Cerebral) reclaman la ayuda y asistencia necesaria para las personas con grandes necesidades de apoyo, «que se complican al envejecer, al igual que sus padres, cuya principal preocupación es saber quién cuidará de sus hijos cuando ellos ya no estén».
Abordar el envejecimiento en personas con parálisis cerebral - Foto: L.T.El envejecimiento representa «un desafío porque aparecen nuevas necesidades a las que las familias, entidades ASPACE y la Administración Pública deben responder», recoge el manifiesto leído ayer con motivo del Día Mundial.
Las personas con parálisis cerebral tienen ahora más longevidad, se hacen más mayores, al igual que sus progenitores, «y todo es una carga mayor porque no tienen la misma fuerza y tienen menos posibilidades físicas, mental e incluso económicas».
Se insiste además en que las personas con parálisis cerebral son vistas solo a través de su discapacidad y con los años, se debe hacer también desde las consecuencias que trae la edad y el paso del tiempo. En este caso, los signos de envejecimiento se muestran a partir de los 35 años, siempre de forma prematura y antes que el resto de la sociedad, lo que tiene un gran impacto en la calidad de vida.
Así, desde ASPACE, Confederación de la que forma parte APACE Talavera, trabajan para que las personas con mayores necesidades de apoyo «puedan envejecer con dignidad, sin ser infantilizadas y sin participar siempre en los mismos servicios y talleres», derecho que también tienen sus familias.
El 73,5 por ciento de las personas con parálisis cerebral mayores de 35 años atendidas por entidades del Movimiento Aspace tienen grado IIIde dependencia y el 67,7 por ciento de las mayores de 65 años ya utilizan recursos residenciales. En los próximos 10 años, el número de personas con parálisis cerebral mayores de 65 años atendidas en estas asociaciones se multiplicará por tres, lo que requiere de una respuesta adecuada.
Por ello, para abordar estos retos exigen ampliar y flexibilizar las opciones residenciales y diurnas especializadas en parálisis cerebral; promover la figura del asistente personal, como un apoyo clave para la vida independiente; desarrollar estrategias específicas para mejorar el bienestar emocional y prevenir la soledad, o diseñar programas especializados en la prevención y detección del envejecimiento. Ampliar la red de apoyo socioeconómico a las familias será también fundamental para proporcionar más apoyos externos.