En las Filipinas españolas, Macabebe, situado en la provincia de Pampanga fue uno de los pueblos más fieles a España. Estos junto a los pampangos eran etnias de tradición guerrera, fieles aliados al servicio de España, contribuyeron a la defensa del archipiélago de las Filipinas contra innumerables enemigos durante siglos.
Sobre los macabebes, un periódico español Mar y Tierra, publico en 1900: «El pueblo de Macabebe puede asegurarse que ha sido víctima de su fidelidad, escribiendo en el libro de la historia una página que todo buen español debe grabar tanto en su corazón como en su memoria».
En 1897, el coronel Eugenio Blanco, mestizo hispano-filipino, con autorización del capitán general Ramón Blanco y Erenas, organizó una unidad de voluntarios macabebes, que destacó por ser una de las más numerosas, aguerridas y disciplinadas. El coronel Blanco y sus voluntarios macabebes (también denominado Regimiento Blanco), participaron en innumerables combates contra los katipuneros, cubriéndose de gloria en Cavite, Batangas, Bulacan, Tambales y Bataan.
Perdida la guerra hispano-estadounidense y con ella las posesiones de ultramar, la Paz de París dejó a España algunos territorios de la Micronesia: las islas de Palaos, las Carolinas y las Marianas, con excepción de Guam, cedida a los EEUU.
Como gobernador político militar de las Marianas en Saipan, se nombró al coronel Blanco, que pese a la derrota y a la distancia permaneció incólume al servicio de España. Éste partió de Manila el 2 de mayo de 1899, a bordo del vapor Elcano, con tres compañías de macabebes, sus familias y algunos funcionarios, en total unas 700 personas. Allí permanecieron hasta que recibieron la orden de España de entregar las islas a las autoridades alemanas, ya que el Gobierno había cedido sus últimos territorios del Pacífico a Alemania por 25 millones de pesetas.
La ceremonia de entrega, con honores militares, se efectuó por parte española con fuerzas macabebes, el 17 de noviembre de 1899. Razón por la que podemos decir que las últimas tropas españolas del Pacífico fueron filipinas.
Una vez cumplido el mandato de cesión, las tropas macabebes, fueron licenciadas en diciembre de 1899, quedando éstas en una difícil situación. Con la finalidad de paliar la misma se barajaron las posibilidades siguientes: continuar como guarnición al servicio de Alemania; su evacuación a las Filipinas a su región natal o su repatriación a España.
En esta disyuntiva, el coronel Blanco optó, acompañado por un número significativo de voluntarios macabebes, por emigrar a España, los cuales a bordo del vapor Alicante llegaron a Barcelona el 16 de junio de 1900, donde fueron triunfalmente recibidos. Asimismo, en Madrid fueron honrados con una calle 'Los voluntarios Macabebes'.
España, en su nobleza, no puede olvidar a los que allende los mares lucharon, derramando su sangre generosa por la integridad de la patria y menos todavía a los que por seguir cobijados bajo el pabellón español, abandonaron el país que los vio nacer.
Así de manera implícita, los voluntarios macabebes, como buenos soldados de España, están presentes en la exposición temporal organizada por el Museo del Ejército denominada '1898 el final de cuatro siglos de Cuba y Filipinas españolas'.