La candidatura que encabeza Julio Comendador defiende su condición de rara avis en la historia política de la ciudad. «Que se presente una agrupación de electores es algo que nunca ha pasado en Toledo», remarca el promotor de la iniciativa, quien la considera «un movimiento que nace desde abajo» y que aspira a convertirse en la llave que determine el futuro de la ciudad.

En Primero Toledo prefieren no cuantificar los apoyos que cosecharán la noche electoral, aunque dan por segura su entrada en el próximo Ayuntamiento: presumen de las 2.589 firmas que les han permitido presentarse y cifran en dos millares de votos el primer edil. Al mismo tiempo, lamentan que «el resto de concejales no les hayan avalado» y que tampoco ningún afiliado de PSOE o PP «hayan firmado» para facilitar su candidatura.

«Vengo de un partido que se fue a pique por no saber poner primero a España», asegura Comendador mientras evita vetos o quinielas sobre pactos venideros. Primero Toledo sabe de la paradoja aritmética que el paso por las urnas puede dejar: cinco escaños tal vez sean irrelevantes, pero un único edil puede decantar el Gobierno municipal.

La lista viene para quedarse. Su intención es convertirse en un «laboratorio de ideas permanente de la sociedad civil toledana». Comendador y «los gestores» que le acompañan quieren influir en el futuro de la ciudad.