Ganaderos temen la posible llegada de la lengua azul

Lola Morán Fdez.
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Ante el brote en Extremadura, Africama teme que las explotaciones de la zona se vean afectadas por esta alerta cuando aún sufren las consecuencias de la EHE

Ganaderos temen la posible llegada de la lengua azul - Foto: Manu Reino

Los ganaderos de la comarca de Talavera están «preocupados» por la posible llegada de la enfermedad de la lengua azul a la zona, tras detectarse ya varios focos en la vecina comunidad de Extremadura. Así lo ha trasladado a La Tribuna el presidente de la Asociación Frisona de Castilla-La Mancha (Africama), José María Miguel, quien ha manifestado que, hasta el momento, la comarca no se ve afectada por esta nueva alerta sanitaria, que ha provocado ya restricciones a la movilidad del ganado en Extremadura.

Pese a ello, ha reconocido que sí que existe «mucha intranquilidad» por la incertidumbre que genera una situación de estas características, con cambios cada día ante la aparición de nuevos casos. De hecho, ha recordado que los primeros se registraron en los Países Bajos, «fue para Francia, Portugal, ha saltado a Extremadura, y todas las indicaciones apuntan a que en nada probablemente lo tengamos aquí ya».

Por eso, reina la «intranquilidad» y la «incertidumbre» entre el sector, que está convencido de que llegará por la aparición de un nuevo serotipo, ante la orden del Ministerio de vacunar al ganado y el envío  ya de las dosis «por parte de muchas comunidades».

Ante todo, el representante de Africama ha subrayado que entre los ganaderos lo que hay es «un desgaste y un desánimo tremendo porque no tenemos nada más que problemas». 

«No hemos salido todavía de la del año pasado, de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), no nos hemos recuperado aún, todavía estamos sufriendo las consecuencias negativas de aquello, y ahora cada día nos aparecen problemas y más problemas», ha lamentado este ganadero de vacuno lácteo.

El serotipo 3, ha indicado Miguel, sí afecta más al vacuno de leche con «mucha bajada de producción, aunque mortalidad aún parece ser que no». Pese a ello, «la preocupación está ahí» porque «probablemente tengamos algún problema» derivado de esta nueva alarma, al ser una enfermedad que se transmite a través de la picadura de mosquito. «Todo indica que estamos en una zona de riesgo tremenda», ha reiterado el presidente de Africama.

Actualización de precios. Si se llegaran a detectar casos de lengua azul en esta comarca, supondría la inmovilización de granjas, además de las posibles consecuencias en los animales como «una bajada de la producción» y las consiguientes pérdidas económicas. De ahí ese «desgaste psicológico tremendo» que padecen los ganaderos, según Miguel, quien ha señalado en este sentido que el sector está «muy afectado» por cuestiones como la «enorme burocracia» a la que han de hacer frente y el bajo precio al que se le abona el litro de leche.

«A pesar de que ha habido buenos precios de la leche hace un año, las granjas se siguen cerrando, la gente deja la actividad y es señal del desgaste que hay, no hay manera de poder tener un poco de relajamiento», ha asegurado.

Sobre esta cuestión, Miguel ha confirmado que el vacuno de leche en concreto lleva «año y medio con reducción de precios» aunque la previsión es «que vuelva a repuntar en los próximos contratos». Las movilizaciones de los ganaderos por este motivo «provocaron un puñetazo del sector en la mesa», con el que sus profesionales dijeron «hasta aquí hemos llegado y basta ya de esos abusos que hemos tenido durante tantos años».

José María Miguel ha reiterado que ante este «aviso» a la industria para que subiera precios «o no habría leche por ningún sitio», se consiguió que «remontara un poco» aunque «otra vez han vuelto a las andadas y ya estamos otra vez por debajo de costes».

Eso, ha asegurado, va unido a la «reducción de granjas y del producto», por lo que este representante del vacuno de leche ha insistido en la necesidad de que haya «una estabilidad» para «poder subsistir». Ha vuelto a denunciar que herramientas como la Ley de la Cadena Alimentaria y el estudio de costes de producción no funcionan porque «no se aplican» y los ganaderos están sin «armas eficaces para poder combatirlo».