Fernando II de Aragón también tiene su espacio sin Isabel. Los Reyes Católicos tienen tras de sí mucha historia y la mayor parte se la lleva Isabel I de Castilla por su personalidad arrolladora y «regia». A pesar de esta realidad, Fernando también tuvo sus momentos de gloria tras la muerte de su esposa y el escritor e historiador Pepe Calvo Poyato ha exprimido su regencia en esa docena de años de viudedad, unos años -de 1504 a 1516- en los que desfilan multitud de personajes de peso en una España marcada por el trono de Castilla, el posible testamento de Enrique IV, la locura en tela de juicio de Juana, la muerte de Felipe I y el protagonismo indiscutible del Cardenal Cisneros, uno de los personajes más intrigantes y con más aristas de la época.
Calvo Poyato se ha embarcado en una nueva aventura literaria con 'El rey regente', su última novela histórica recién publicada por la editorial 'HarperCollins', un proyecto que le ha costado un año y medio o dos sacar al mercado. El autor, inmerso en estos momentos en las labores de promoción, presenta esta tarde 'El rey regente' en la Sala Capitular del Ayuntamiento, a partir de las 19.30 horas. En este caso, regresa a Toledo de nuevo prácticamente un mes más tarde de la charla que ofreció en la Iglesia de San Román de la mano del ciclo de novela histórica 'Toledo, luz de Europa'.
En aquella ocasión el tema se centró en el tesoro de Guarrazar, pero esta vez el autor trasladará al público al intenso siglo XVI, en el que la corona española se convirtió en el reino más amplio de Europa. El autor tiene cierta devoción por este siglo e indagó durante meses «en muchos asuntos donde poner la atención» para hilvanar una novela con «personajes fantásticos» que pueblan distintas tramas muy atractivas, como la búsqueda del posible testamento de Enrique IV, una hipótesis que nunca se ha corroborado, en un contexto de intrigas e intereses políticos y territoriales.
Calvo Poyato entresaca a Juana la loca e invita al lector a reflexionar si realmente tenía o no cordura. «Cada vez hay más dudas de su supuesta locura», explica y reconoce que sufría «ataques de ira» derivados de los celos por la infidelidad de su marido Felipe I, que pronto perdió el interés por su matrimonio.
Otro de los nombres fundamentales de la novela es el Cardenal Cisneros, «un personaje maltratado por la historia». En este caso, el autor destaca que Francisco Jiménez de Cisneros ,también arzobispo de Toledo, ha sido considerado una figura «intransigente e intolerante», olvidando otras facetas ligadas al ámbito cultural, ya que fue el protector de Nebrija en su momento.
Toledo, sus calles y plazas aparecen con frecuencia en las páginas de esta nueva novela. Hace referencia al encuentro entre Juan de Borgoña y Cisneros en la capilla mozárabe de la Catedral de Toledo , con la famosa toma de Orán de fondo, y dibuja a dos personajes ficticios vinculados con la ciudad, Rodrigo de la Cuesta, encargado de buscar el testamento, y Antón Guarnizo, pintor a las órdenes de Borgoña. Con ambos personajes ha trabajado con más libertad al no tratarse de figuras históricas a las que hay que ser fiel y respetar.
Toledo es una de las ciudades, pero también desfilan otras como Burgos o Valladolid por estas páginas pobladas de escenas, diálogos y vivencias. El autor reconoce que el siglo XVI es muy jugoso para un escritor y está dispuesto a volver a embarcarse en él en su siguiente novela. De momento, Calvo Poyato no tiene un hilo conductor definido, pero ya está leyendo, tomando notas y buscando para tomar la decisión en los meses de verano. Lo que sí parece claro es que dentro de dos años volveremos a ver al autor en las estanterías de las librerías con otra nueva novela histórica.