Las quejas por el servicio de la línea de autobús entre Talavera y Toledo no son, ni mucho menos, una novedad. Más al contrario, la frecuencia de las mismas ha aumentado exponencialmente desde la pandemia, que tuvo consecuencias negativas sobre el servicio a los usuarios. A los retrasos e incidencias causados por las averías de los vehículos y la escasez de horarios, se unen problemas como la falta de servicios directos o la cada vez más recurrente insuficiencia de plazas para cubrir toda la demanda que se genera.
Problemas todos ellos que acaban por suponer horas de trabajo extra -y sin salario- para los muchos viajeros que se trasladan desde Talavera a la capital para acudir a su puesto de trabajo. Es la situación que se dio, por ejemplo, el pasado viernes cuando varias trabajadoras del Hospital Universitario de Toledo se disponían a volver a Talavera acabado su turno laboral.
Habían salido de su ciudad en el autobús de las seis de la mañana y tendrían que haber vuelto en el de las 15,15 horas. Esa era la idea, pero no pudieron acceder al autobús porque se llenó antes y la empresa, Autocares Toletum, no habilita servicios adicionales aunque se llenen.
Casi tres horas tuvieron que esperar para acceder a la expedición, una espera que, además, solo garantiza la obtención de plaza si se hace la correspondiente cola, de pie y a la intemperie, para no quedarse sin hueco, cuando hay mucha demanda. Esto ocurre porque el sistema de venta de billetes sin numerar, no permite a los viajeros garantizarse la plaza aunque paguen el viaje con antelación, ya que en todos los casos se accede al autobús haciendo fila.
Aunque un accidente en la A-5 retrasó todavía un poco más la llegada a Talavera, pasadas ya las 20 horas, el desenlace podría haber sido aún peor, porque como ya había ocurrido con el servicio de las 15,30 horas, el de las 18,00 horas tampoco dio abasto para todas las personas que esperaban. En concreto, cuatro de ellas se quedaron en tierra cuando el servicio partió de la Estación de Autobuses de Toledo, porque no había plazas suficientes. En este caso, se trataba de estudiantes que viajaban tras finalizar la semana lectiva.
La falta de plazas se ha convertido en un problema que hace un tiempo se limitaba a algunos servicios de los domingos, pero que cada vez se extiende a más días y más horarios sin que nadie ponga remedio.
En el caso del pasado viernes 8 de marzo, las trabajadoras afectadas por este servicio añadieron cuatro horas extra al total de su jornada de trabajo, que había arrancado a las seis de la mañana, cuando salieron de Talavera.