Como los Rolling Stones. La expectación por ver juntos de nuevo en un acto público al expresidente Felipe González y su exnúmero dos Alfonso Guerra desbordó esta tarde todas las previsiones del Ateneo de Madrid. No quiso faltar a la cita el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page. «Ver a dos personalidades de altísima envergadura como Felipe y Alfonso para alguien de mi generación, que se involucró en política en el momento de la ebullición de la democracia en España y con ellos pilotando un PSOE en pleno apogeo, es muy emocionante», subrayó.
«Yo al PSOE actual lo veo muy bien. Si hubiera una nueva convocatoria electoral, subiríamos», apuntó rotundo Page al ser cuestionado sobre la situación actual de su partido. Evitó cualquier tipo de polémica interna el también líder de los socialistas en Castilla-La Mancha, como ya había hecho minutos antes en su comparecencia tras la audiencia con Felipe VI. Precisamente, a las puertas de la Zarzuela, Page había mostrado su «alegría» por ver juntos de nuevo a Felipe González y a Alfonso Guerra: «Siempre se pueden compartir o no las cosas que digan, pero lo que tengo claro es que piensan las cosas que dicen y suelen decir lo que piensan». «Unir de nuevo a Felipe González y a Alfonso Guerra es un logro extraordinario. No sé quién se apuntará el tanto», remarcó de primeras el presidente autonómico, aunque al volver a ser preguntado sobre ello dejó una frase en el aire: «En mi opinión el logro de verles juntos de nuevo se lo deben apuntar las circunstancias… Y España».
Apenas unos días después de la expulsión de Nicolás Redondo Terreros del PSOE por sus palabras contra la posible amnistía, el presidente castellano-manchego insistió también en su postura: «Confío en que no haya esa ley de amnistía que se predica, al menos la que dicen los independentistas». No fue el único que se manifestó sobre este asunto. Especialmente duro fue Guerra que remarcó que «la amnistía supone la humillación deliberada de la generación de la Transición», al tiempo que recordó que una persona de izquierdas «no debe callarse si ve injusticias, errores o arbitrariedades». «Yo primero tengo un compromiso con mi país y luego con mi partido», subrayó, por su parte, González.