Los accidentes laborales en la provincia causaron el fallecimiento de 16 trabajadores el pasado año, lo que supone un incremento de siete víctimas mortales respecto a 2023. Las cifras de siniestralidad suman trece decesos producidos durante la jornada de trabajo y otros tres in itinere, es decir, al ir o volver al lugar en el que se desarrolla la actividad profesional. Desde 2020, han perecido 59 trabajadores en Toledo mientras ejercían su desempeño: en 2022 fueron siete, una decena en 2021 y otros 17, dos de ellos por covid-19, en 2020.
Los datos proporcionados por el Ministerio de Trabajo elevan los accidentes laborales en el conjunto de la provincia hasta casi los 10.000 hechos. Un total de 8.958 casos se produjeron durante la jornada estipulada, mientras que en el desplazamiento se certificaron 675 siniestros merecedores de parte de baja médica. Se trata de un dato (9.634 eventos) algo más cuantioso que el de 2023 (9.425 percances), aunque queda por debajo del registrado en 2022, cuando se lamentaron 11.360 siniestros.
La incidencia de la mortalidad en Toledo sitúa a la provincia como la duodécima con peores datos en el conjunto del país. Este índice se calcula con la división del total de accidentes de trabajo ocurridos en un año, multiplicado por cien mil y dividido entre la media anual de trabajadores afiliados a la Seguridad Social con cobertura por contingencias profesionales.
En Castilla-La Mancha, la provincia de Ciudad Real obtiene los peores datos regionales, con 20 fallecidos en 2024 y un aumento de 16 víctimas respecto al año anterior: el dato actual quintuplica el pretérito. En el conjunto de la región, se contabilizaron 58 decesos en el ámbito laboral, una cifra que incorpora 25 difuntos a los que se acumularon en 2023. Expresado en términos relativos, el repunte se eleva hasta el 75,8% interanual.
Desde CCOO lamentan la pésima evolución de los accidentes mortales en la provincia. Este indicador refleja un incremento del 77,8% en el último año, un dato que trunca el estancamiento que se produce en el número de accidentes, categoría que experimenta un tímido repunte del 2,2%, un guarismo aún menor si se toman los datos que ofrece la Consejería de Economía, Empresas y Empleo y que cifran en 9.665 los incidentes de 2024 y en 9.625 los que se produjeron en 2023, apenas un 0,4% de diferencia.
«Tenemos que seguir en todas las alertas, no podemos bajar la guardia», subraya Raquel Payo, secretaria de Diálogo Social, Institucional y Salud Laboral del sindicato. El desfavorable panorama deja un escenario «inasumible» que, en el caso de Castilla-La Mancha, «evidencia las carencias en materia de prevención».
Payo apunta a los fallos en la gestión preventiva como causa. «El déficit preventivo en la región», insiste la sindicalista, se concreta en una mortalidad alarmante. Los eslabones quebrados de la cadena de seguridad tienden a destapar las carencias en la formación de los trabajadores, la escasa implantación y aplicación de las medidas previstas o la falta de equipos de protección, incluidas la parada de emergencia en maquinaría o el protocolo contra las caídas en altura.
CCOO reclama «contundencia» para atajar un problema que recorre el mercado laboral español, con 796 víctimas mortales en 2024, pero que se manifiesta con especial crudeza en Castilla-La Mancha. Payo alude a la «responsabilidad clara del empresario» y les encomienda un trabajo en favor de la «evitación del daño». La portavoz de salud pública del sindicato exige «remangarse», a los patronos.
Además, desde la central solicitan a la Junta de Comunidades la creación del Instituto Regional de Salud Laboral, una «herramienta potente» de la que ya disfrutan otras comunidades y que aunaría los esfuerzos de la Administración regional con los de los sindicatos. Asimismo, las visitas a los centros de trabajo o las campañas de sensibilización en medios de comunicación también contribuyen a la difusión de las medidas de protección que evitan desenlaces fatales en caso de accidente laboral.
Por su parte, la coordinadora de Prevención de Riesgos Laborales de UGT en Castilla-La Mancha, Irene Ortega, lamenta que «cualquier muerte en el trabajo resulta intolerable, pero estar hablando de que los fallecimientos han subido un 75% en la región es alarmante y nos debe llevar a plantearnos muchas cosas», indicó en una nota de prensa publicada la semana pasada.
UGT se adhiere a la petición de coordinación de las actividades preventivas entre las empresas; asimismo, demanda más prevención en seguridad vial para evitar los siniestros in itinere.