La Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Castilla-La Mancha advertía este pasado lunes de la "dramática" situación de atraviesa la ganadería en Castilla-La Mancha y España, denunciando los escasos controles sanitarios que se realizan en algunos puertos españoles, especialmente en los más pequeños, por donde entran animales enfermos y que acaban afectando a la cabaña ganadera de la región.
Al respecto, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, mostró sus dudas acerca de las críticas de Asaja y aseveró que "cualquier explotación ganadera" tiene "un completo y complejo sistema de control, vigilancia y supervisión" sanitaria.
El consejero explicó que, por un lado, las explotaciones tienen la supervisión sanitaria de las comarcas ganaderas de la propia Consejería, mientras que por otro lado también están los propios veterinarios "que ayudan a los ganaderos a llevar adelante sus explotaciones en el control, prevención y erradicación de las posibles afecciones que pudieran tener".
El titular de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural puso como ejemplo la aparición de la viruela ovina en Castilla-La Mancha, que "ha supuesto un problema pero también la garantía de que se ha actuado contundentemente", con "perjuicios" para la actividad, reconoció, pero con iniciativas que han hecho "que finalmente, en menos de un año", se consiguiera dar por erradicada esta enfermedad.
También citó otra patología como la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), que "fue muy alarmante cuando entró" pero que finalmente tuvo consecuencias concretas limitadas de un 1% de mortalidad y menos de un 7% de morbilidad.
"Son cuestiones que vienen muchas veces sobrevenidas", comentó, a pesar de lo cual, presumió, Castilla-La Mancha ha ampliado "un 14,5%" el presupuesto destinado a sanidad animal para el año 2024. "Nuestra apuesta es clara", sostuvo.