Una vivienda tutelada para personas con discapacidad no es un recurso más. "Para las familias nos queda la tranquilidad de que se les pueda atender en toda la dimensión de sus necesidades a lo largo de su vida", explica María del Mar Azaña Jiménez, presidenta de Apanas, la Asociación de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual y de Desarrollo. "Van a tener un sitio en el que estar y en el que les van a poder atender en cosas como, por ejemplo, si se han dejado algo de jabón en el pelo, decirles que se den un repasito", apunta. Lo compara con el pasamanos de una escalera: "Siempre tiene que estar, pero no sabemos en qué momento te tienes que agarrar a él".
Apanas gestiona desde junio los dos pisos que se han rehabilitado en el Casco de Toledo. Son inmuebles de la Diputación de Toledo, que en la pasada legislatura, acordó su cesión a treinta años. La Junta da una subvención para que esta asociación pueda gestionarlos. Hoy han visitado estas instalaciones el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano. La consejera destacó la utilidad de este tipo de viviendas "para poder garantizar que todas las personas con discapacidad puedan vivir en comunidad, tener una vida independiente, hacer ni más ni menos lo que hacemos cualquier persona; tener nuestra casa y poder empezar a cumplir nuestros sueños".
García Torijano destacó que en estos momentos hay en Castilla-La Mancha 108 viviendas tuteladas con un total de 650 plazas. Pero el Gobierno regional quiere ir a más. Por eso la consejera avanzó que se están construyendo y habilitando 16 repartidas por cuatro provincias de la región. Estarán en Alcaraz (Albacete), Torrijos (Toledo), Cuenca y Guadalajara.