El alcalde de Oropesa, Rubén Zapardiel, recibió ayer una llamada a las ocho de la mañana. Un conductor informaba de que había pinchado en el kilómetro 13 de la CM-5150, la carretera que comunica Oropesa con Candeleda (Ávila). No era casual o fortuito.

Una fila de tochos de ferralla colocada intencionadamente a lo largo de la calzada pinchaba la rueda de todos los coches. Cinco vehículos pincharon y un sexto volcó en tan sólo unos minutos porque había una estaca cada 30 centímetros, aproximadamente, en los seis metros de ancho de carretera.

La Policía Local de Oropesa y la Guardia Civil se desplazaron inmediatamente al kilómetro 13, pasada ya la pedanía de La Corchuela. "Hay mucho cabreo e indignación. ¿Quién puede hacer algo de esto?", se pregunta el alcalde. Los uniformados quitaron con sus propias manos parte de estas trampas; después, el personal de mantenimiento de carreteras retiró el resto. Había unos 20 tochos de ferralla.

El desconocido empleó un taladro para agujerear la calzada y colocar estas trampas de ferralla. "No sabemos qué motiva esto", afirma. Los alcaldes de la zona han publicado bandos para informar a los conductores.

La Guardia Civil y la Policía Local de Oropesa patrullan la zona para evitar nuevas trampas.