El CD Torrijos arrancó el campeonato con un punto de mucho valor. El que cosechó en el Municipal San Francisco frente al Calvo Sotelo Puertollano, en un encuentro competido en el que es verdad que estuvo serio en defensa pero demasiado blanco en ataque. Tuvo ocasiones para haber herido a uno de los favoritos, pero al final tiene que dar gracias por los de Becker pudieron amargarles la tarde al final.
La batalla por tener la posesión se sirvió desde los primeros segundos. La intensidad con la que se tomaron ambos su estreno impidió salir al partido de un toma y daca poco atractivo para el espectador. Ambos estaban tan encima de los otros que les fue imposible hilvanar jugadas para progresar con claridad.
Y, como suele suceder en esta categoría, la mejor manera de asustar es con el balón parado. En una falta directa, en el minuto 14, el CD Torrijos alertó por primera vez al contrario con un lanzamiento de Collado al que tuvo que responder Mario Nieto con las dos manos.
Pitingo fue uno de los jugadores más activos de los dos equipos. Suyos fueron algunos caracoleos que cerca estuvieron de meter en problemas al Puertollano. Le faltó conectar la gente de ataque, especialmente con David Cerri. Le estaban poniendo mucha voluntad los rojiblancos, demasiado cándidos de tres cuartos hacia adelante.
Pasada la media hora, el juego se oscureció. Varias entradas a destiempo mermaron el ritmo hasta la pausa de hidratación. Los intentos del equipo de Becker de salir con la pelota jugada fueron vanos frente a la rapidez de movimientos de los locales. El resultado fue un atasco constante que no permitió ocasiones claras.
Si las hubo, fueron para el CD Torrijos, como la de Vicente a falta de cinco minutos para el descanso. El pase de la muerte no halló rematador. Estaba David Cerri, pero demasiado alejado. En cualquier caso, antes del descanso, el Calvo Sotelo Puertollano ya avisó de que a veces no es necesario dominar ni llegar constantemente para tener armas para marcar. En un saque de esquina de Juanfri, Ricardo remató al larguero, aunque Pedraza estaba atento para despejar el testarazo del defensor. Así acabó una primera parte quizás insulsa y con más precauciones que derroches por parte de los dos conjuntos.
Tras el descanso, el Calvo Sotelo Puertollano salió más convencido de agarrar la posesión y empezar a llegar al área de Pedraza. Con juego directo intentó despistar a la defensa rojiblanca, que estaba sin fallos. Una falta directa del cuadro minero al área acabó en fuera de juego, mientras que por parte local, Rabadán fue incisivo por el costado izquierdo, con varias internadas que, sin embargo, no acabaron fructificando.
Ángel de las Heras miró al banquillo y metió en el campo a Yago y Juárez para dar algo más de frescura. No estaba sufriendo en defensa, pero tampoco era incisivo en ataque. No debían fiarse los toledanos. Tenían delante uno de esos equipos capaz de materializar una de sus pocas llegadas. Pimentel lo intentó con un pase largo que atrapó luego Pedraza sin problemas.
Álvaro Antón fue la siguiente modificación del CD Torrijos para los últimos veinte minutos. Pero la realidad es que los acelerones del Calvo Sotelo Puertollano parecían quedarse más cerca del gol que los locales. Pimentel, el más activo en esta segunda parte, ganó la línea de fondo y se metió en el área. Su tiro con la derecha lo detuvo Pedraza con su pie.
Minutos después, Pacheco volvió a entrar por el costado derecho para poner la pelota atrás. Reyes no acertó con la portería, y su tiro se marchó muy desviado. El encuentro entró en su recta final igual de cerradito, sin querer perder ninguno el punto que tenía. Quizás eran los visitantes los más enteros. Inclinaron el juego sobre el área del Torrijos, pero rematar.
De las Heras hizo un último doble cambio antes de cumplirse el tiempo reglamentario. Seguía con más ganas el Puertollano. La grada del San Francisco dio su animó para lo que quedaba porque es verdad que se dio cuenta de que, quizás, el empate no era un mal resultado para empezar. Se dieron seis minutos de descuento. La de Adri Sáez del último suspiro no le salió al Calvo Sotelo, así que un punto se quedó en casa.