Las toledanas percibieron una media de 17.761 euros por su trabajo, una cantidad inferior a los 22.253 euros con que se remuneró la actividad profesional de los hombres de la provincia. La brecha salarial se sitúa en el 20%, una desigualdad que equivale a más de dos meses de trabajo sin remunerar.
La diferencia entre los emolumentos recibidos por el trabajo de hombres y mujeres se sitúa en los 4.492 euros. En algunas actividades, el desfase es aún mayor. En el sector secundario, relacionado con la industria, los hombres ganan un promedio de 30.039 euros, por los 21.637 de las mujeres. En otros ámbitos donde los salarios tienden a ser más bajos, como en los servicios que se prestan a empresas, también se constata una abultada diferencia: los varones perciben de media 18.655 euros por los 13.024 de ellas. La menor brecha en términos relativos se observa en el sector de la construcción y las actividades inmobiliares, con un 15% de diferencia. En el sector primario, el sector secundario, el comercio, el transporte, la información y comunicaciones, las actividades financieras y de seguros y las relacionadas con los servicios personales y de ocio la brecha salarial por sexo supera el 25% en la provincia.
Los sectores en los que las mujeres toledanas perciben más de 20.000 euros anuales de media son los de industria extractiva, información y comunicaciones, entidades financieras y aseguradoras y servicios sociales. Solo en los dos últimos conjuntos de actividades las mujeres representan más de la mitad de los asalariados; en la industria extractiva, sin embargo, representan apenas el 21% de la fuerza laboral en Toledo; en el ámbito de la información son una de cada tres. El salario anual más bajo se observa en el capítulo de otros servicios personales y de ocio: en estas actividades, relacionadas con labores de cuidados o limpieza, los ingresos promedio de las mujeres de la provincia caen hasta los 9.308 euros.
Un estudio realizado por el sindicato CCOO asegura que la «parcialidad, temporalidad [y] composición del salario con un claro desequilibrio son las causas que aparecen en esta brecha de género». El informe estudia la realidad del mercado de trabajo en el conjunto de la región. «Pese a la mejora que se observa en la tendencia, la inserción laboral de la mujer tiene lugar en condiciones diferentes que van propiciando una carrera profesional y laboral diferente, con salarios más bajos», detalla el análisis realizado por la central.
La edad es otro de los factores que explican el escalón salarial entre hombres y mujeres. Al acceder al mercado laboral, ellos tienden a percibir cantidades superiores a las de ellas (ganan, de media, un 38% más). Sin embargo, conforme avanzan en edad ambos sexos, la distancia se estrecha, una circunstancia que se explica por la incorporación de jóvenes con alta cualificación (entre los 26 y 35, el diferencial cae hasta el 14%). A partir de los 36 años, por el contrario, la brecha vuelve a estirarse. En esta cohorte se apunta al factor de la maternidad como la circunstancia adversa para las mujeres: ellas suelen asumir la reducción de su jornada laboral para la crianza -en otros casos, para el cuidado de personas mayores-, decisión que lleva aparejada una disminución de los ingresos.
«La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo ilustra mejor las desigualdades en los cuidados cuando se pone en relación con la tasa de empleo de padres y madres», explica el informe de CCOO. La necesidad de implementar mejores medidas de conciliación se antoja como uno de los grandes retos pendientes del mercado laboral para superar la situación comparativamente desfavorecida de las mujeres.