A finales del pasado mes de abril, unos trabajos de cimentación en un solar en obras en la calle Honda, concretamente en el número 52, se toparon en su excavación con un material especialmente duro. Al comprobar qué es lo que era se dieron cuenta que se trataba de unas estructuras abovedadas que, tras ser analizadas, resultaron ser de hormigón romano. Eran, ni más ni menos, que dos bóvedas que en su día estuvieron adosadas a un muro con el fin de poder soportar la estructura del graderío del anfiteatro romano, que se levantó en esa zona de la ciudad en el periodo del Alto Imperial romano.
El descubrimiento fue hecho público días después, el 3 de mayo, por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, en boca de la viceconsejera de Cultura, Ana Muñoz, y desde entonces no hay aún encima de la mesa una solución sobre qué hacer finalmente con los restos y qué pasará con las obras de la parcela.
Y es que, ese solar en cuestión fue adquirido por un matrimonio para construirse allí una vivienda. Encargaron el proyecto a un arquitecto y contrataron los servicios de una empresa constructora. La edificación iba a tener unas características, con unas zapatas de cimentación que, finalmente, con el hallazgo de los restos del anfiteatro, quedan seriamente comprometidas.
Según varios especialistas consultados por La Tribuna, en el caso de que se decida seguir adelante con las obras, habría que modificar el tipo de cimentación, algo que encarecería el proyecto. Y eso suponiendo que se tomara la decisión de catalogar y cubrir esas estructuras para continuar con la obra.
La Junta no se ha pronunciado al respecto, y ni tan siquiera ha emitido una paralización formal de la obra tras el hallazgo, limitándose la situación a un buen entendimiento con los propietarios, que decidieron de buena voluntad esperar para ver qué valoración se hacía de los restos y qué posibilidades se ponían encima de la mesa.
Cubrir y construir, sacar a la luz e integrar en el futuro edificio, o excavar seis metros de profundidad para sacar a la luz esos restos que parecen tener continuidad, son las opciones que hay sobre la mesa.
Con todo, a tenor del cartel de ‘se vende’ que han colgado los propietarios en las vallas que cierran la parcela, todo apunta a que ellos han tomado la decisión de apartarse del asunto.
Queda por saber ahora qué es lo que va a hacer la Junta al respecto o si estaría el propio Gobierno regional interesado en quedarse con la titularidad del solar y explotar los restos hallados.
Los propietarios de la parcela de momento han desistido hacer ninguna declaración al respecto de su decisión de colocar el cartel de ‘se vende’, ya que aseguran que todo este proceso está siendo para ellos especialmente doloroso.